sábado, 26 de octubre de 2013

Cerrado por duelo

Una semana infinita y el desenlace final, que te sorprende y te clava el puñal en lo más profundo de tu alma, aún cuando lo esperabas.
La muerte no se digiere. La muerte no te deja respirar. La muerte es una mierda que no debería existir. Adhiero a la superpoblación mundial por falta de muertes.
La muerte es un negocio para pocos. Los especuladores del dolor, se regodean ante la pérdida y uno siente que estalla, pero se rinde ante la desesperación de que el ser amado no descanse en paz.
Quiero una ley que dictamine que los hijos de puta sean enterrados en el Ceamse entre la basura, y los hombres de bien en el Jardín del Edén.
Quiero la vida eterna para mis seres queridos, y para mí, la agonía y el éxtasis.
Quiero verle la cara a La Parca y reclamarle que me devuelva a los míos.
Quiero no tener corazón para que no me duela tanto y para no sentir remordimiento.
Quiero no responder a los requerimientos de consuelo de los demás, cuando a la que se le parte el alma es a mí.
Quiero pensar que me escucha para decirle mil veces te quiero.
Quiero seguir siendo la nena y no esta adulta en la que me convertí sin quererlo.
Hoy me doy cuenta que quiero lo único que no puedo tener. Quiero a mi papá de vuelta.

domingo, 13 de octubre de 2013

Benvenuto a San Francesco a Ripa

Parece que mi vecino de arriba tiene algún problema gástrico. De otra manera no entendería el porqué del hedor que de la nada apareció en el baño(o toda la casa, porque el depto tiene el tamaño del mismo) y de su constante caminata por sobre mi crujiente techo.
Es eso, o me extrañó tanto este fin de semana ,que estuve en Faenza y Bologna, que me recibió con las tres flores de la costa (mier, sore y bos) a modo de bienvenida.
En fin... Son las cosas de la vida, son las cosas del querer, dirían Ángela Molina y  Manuel Banderas.
Viernes y partimos hacia la estación de trenes de Ostiense. Previa espera de Jordan y mía a Ali, que jamás apareció a la hora pactada. Por supuesto, mis primeros pensamientos al ver que no llegaba y se nos iba el bondi, fueron, la asaltaron en el camino y le afanaron el celular, la violaron y la mataron tirándola al Tiber, entraron ladrones a la casa y la asesinaron...no pude pensar que se quedó dormida o que quizás no nos entendimos sobre en qué esquina nos encontrábamos. No. Yo sólo puedo imaginar nimiedades como estas. ¿Cuál sería el sentido de mi judaísmo si no? ¿De qué me serviría ser una idishe mame frustrada?¿Debo cambiar de psiquiatra?
Por suerte Alison llegó sana y salva a Faenza.
Muy lindo todo y todos. El hotel genial, sin quejas, salvo que sigo preguntándome qué problema tienen los europeos con el tema ducha. Todas miden 30cm x 40 cm, cosa que me obliga a hacer dieta o a entrar de chanfle por la mampara. Como se habrán dado cuenta por las fotos, opto por lo segundo.
La resultante de mi decisión es que todos caminan a los pedos, y yo quedo rezagada 30 km detrás. Pero a mi no me importa mientras sigan existiendo los gelattos y los zapatos italianos.
Faenza es muy linda, chiquita, barata en comparación a Roma, y no entendí aún porqué teniendo, ponele, 20 manzanas x 20 manzanas, la gente tiene autos de lujo que conduce cuál circuito de Monza.
Mientras el entusiasmo de Chris, Ali, Lori-Ann y Paolo, crecía por la capital de la cerámica italiana, Jordan y yo, poníamos el mismo entusiasmo en ver las vidrieras.
Entramos en un negocio, y vemos que los dueños nos miran raro y hablan entre ellos en italiano. Cuando ya nos íbamos, nos dicen algo que ninguno entendió, así que le dije: scuzzi ma non capisco italiano. Entonces me dicen en inglés: usted tiene colgada en el cuello la estrella de David (sí agárrense de los pelos, me compré una por primera vez en mi vida, luego de un brote de misticismo que me surgió el día que operaron a mi mamá). Le digo, ah, si! ¿Por? Me responde, es que nosotros somos judíos. La única familia judía en todo Faenza, y nos sentimos un poco solos.
Dios existe! Alguien que se siente más solo que yo! El milagro se hizo.
Así que, ya me conocen, aproveché y les dije que vengan a Roma para la inauguración. Estoy invitando a medio mundo. No conozco a ése medio mundo, pero ustedes saben cómo soy, capaz de hablar hasta con las piedras.
Io sonno una artiste de la ceramiche aryentini, e voy a fare una exposizione en decembre, io te aspetto allá. Así nomás, a lo tana-argento.
Domingo vuelta a Roma, previo paso por Bologna, solita con mi alma, hasta que saliera el tren. Tres horitas para pasear. O shopear. Porque ambas se combinan perfectamente. Bellísimo lo poco que pude ver, amén de una manifestación de 6 personas, protestando en frente de Mac Donalds, en contra de la matanza de animales. Ahora, putean a los yanquis, pero de la salchicha que le ponen a todo y el prosciuto di Parma, no se habla.
Lo que amo de Italia, es que los negocios abren los domingos, por lo menos hasta la 1 y media. Foto va, compra viene, llegué a la stazione pensando que el tren salía de ahí nomás. Cargada como un camello, porque encontré Zara Home y unas bellas zapaterías, más mi bolso que pesaba alrededor de 15 kilos de libros, caminé, sacando los bofes, 38 kms hasta llegar al terraplén 18. Salimos puntuales, y torré cuál marmota, babeando con la boca abierta, las dos horas y media de viaje. Esto de viajar, repito, es un trabajo pesado, que debería estar regulado por un sindicato, con sueldo, aguinaldo y vacaciones. Sin contar las horas extras, como por ejemplo, los 45 minutos que estuve esperando un taxi, en la Stazione Ostiense.
Y finalmente llegué a home sweet home,que sigue teniendo termitas, y tres pisos interminables.
La intención de la que suscribe al pie, es seguir viajando por la península itálica lo que quede de su estadía, para continuar con esta lucha sindical.
Elizabeth presidente, Dolce e Gabbana al poder!
École quá!


Elizabeth Dychter
www.elizabethdychter.com

miércoles, 9 de octubre de 2013

Grin pis

Noveno día de mi vida en Roma y parece que mi rostro mutó al de una italiana. La gente me para por la calle a pedirme indicaciones de cómo llegar al Vaticano o a Piazza Santa María di Trastevere. Lo que se dice : Vini, Vidi, Vinci. Sonno romana senza el idioma que sigo sin cazar una. Mis respuestas suelen ser del tipo: io non sonno di qui, ma siga dereito (mezclo portugués también para que vean que soy políglota) e doble a la sinistra, y ahí va a ver la chiesa (me persigno por si no me entienden cuando dibujo en el aire una iglesia)  Capisce? Para cuando hago esta última acotación, ya me importa un comino, porque huí antes que me puedan responder. O sea, soy toda una tana hecha y derecha. En cualquier momento empiezo a las puteadas con los automovilistas. Stronzo! Me nefrega, va fangulo!
He logrado también a fuerza de carisma o cara de desesperación, que mi bienamado mozo de la pizzería de al lado, me diga un par de palabras en castellano. Anoche hasta me tocó el hombro. Atenti! Primer contacto humano masculino en lo que va del viaje! Ojo que Elizabeth se convirtió en la Mata Hari del Trastevere! Empezamos con un mozo y quien te dice que terminamos con monseñor, el dueño del edificio donde está el taller. Con tal de conseguir taller, cualquier cosa....
Yo sabía que Italia era un país católico, pero lo que no me había imaginado, era que a dónde quiera que mires, hay un cura. Conste que estoy en Roma y no en el Vaticano, pero esto es como una iglesia a cielo abierto. Lo más dramático de todo, es como hablábamos hoy con los chicos, los curas son cada vez más jóvenes y buen mozos. Si es el efecto Bergoglio, por favor que vuelva Ratzinger.
Se ve que el año pasado estaba demasiado entretenida yendo a museos y ruinas, que no reparé en el curerío. Ahora que soy italoargentina, tengo más tiempo para observar.
 Las campanas de las iglesias, muy lindas, muy lindas, pero avísenle a alguien que los horarios de tocada, son a las y media y en punto. Necesitan un suizo que les sincronice los campanarios, porque hoy eran las 18.39 y dale que va con el ding dong.
Mi departamento sigue siendo una bosta, no importa cuán local me sienta. Los tres pisos que tengo que escalar todos los días, cada vez me parecen más altos. Hoy llegué, y detrás mío entro mi vecina de piso, que debe tener unos diez años más que yo. Mientras ella iba por el segundo ,yo estaba todavía en el rellano del primero. Hay dos cosas que es hora que los europeos entiendan. Una, para algo se inventaron los ascensores, y dos, el bidet es más higiénico y ecológico que el papel.
Otra cosa. Estamos en contra del reciclaje. Estamos, yo y mi otro yo, que volvió para hacerme compañía.
Los lunes y miércoles tenés que sacar la basura orgánica. Los martes y viernes, el papel. Los jueves el plástico, los sábados no me acuerdo y los domingos nada. Pero mi antigreenpeace, se debe a que por muy ambientalistas que parecen, en este edificio, la basura se acumula toda la semana sin que nadie la saque, con el consecuente aroma del Cairo. Las calles están llenas de bolsas que el Ceamse romano no se digna a levantar. O sea, para qué tanto reciclaje si Roma es lisa y llanamente una mugre, y yo ya estoy podrida de tener tres recipientes diferentes que huelen a lo que son, en un departamento de 3 x 4.
Para qué no digan que lo único que hago es quejarme, también hay cosas buenas acá. A saber, los zapatos. Ya pasamos por la experiencia de comprar, y esperemos que podamos seguir haciéndolo, cosa que nos llena de alegría a mí y a mi otro yo.
En este mismo instante, siendo las once de la noche,escucho fuera de la ventana, el ruido de algo que no logro identificar. Las posibilidades son estas: gansos o patos que vuelan hacia el Tiber, murciélagos que chillan y el sonido rebota en las casas antiguas, el perro de enfrente haciendo quilombo, o cientos de gatos en celo.
Los dejo con la incógnita hasta que la devele el día que pueda comunicarme en castellano con algún ser humano.
Arrivederci e buona serata.

sábado, 5 de octubre de 2013

Se busca galán se busca.

Ya casi una semana chi sono arrivato a Roma y salvo por la lengua, soy toda una italiana.
Creo que del año pasado a este, o los tanos cambiaron de idioma o a mi se me murieron una cuántas neuronas. Cuando voy a la feria, como por ejemplo el día de la fecha a las 13.30 hs, el verdulero me suplica que le hable en inglés antes que en italiano o castellano. No me hago entender ni por las buenas ni por las malas. Y lo más curioso del caso, es que mi inglés también se deteriora día a día.
Con suerte cuando vuelva, a lo mejor todavía me acuerdo cómo se habla el español.
Amigos,gracias a una aplicación de Apple, soy feliz. Ya no me pierdo más en Roma! Amo el Ulmon Rome!! El coso este te marca dónde estás parada y mientras caminás, te va mostrando como con una especie de haz de luz, tipo linterna, para dónde estás yendo. Ayer me fui caminando desde el taller hasta el Panteón, a Piazza Navona, y de ahí a darme el baño en la Fontana di Trevi, para luego retornar al taller, sin siquiera haberme perdido una sola vez!! Gracias San Jobs que estás en el cielo.
Roma es hermosa, pero sucia y llena de turistas molestos. Porque yo ya no soy una turista, sono romana chi parla cocoliche.
Mi gran desafío de la semana fue, llegar de Via San Francesco a Ripa 156, del Trastevere(léase home con termitas sweet home con termitas) a Via dei Delfini 17 (léase taller) sin mirar los carteles de la calle. Y como diría Marley (el boludo ,no Bob) desafío cumplido! Me siento en la gloria! Y de canchera nomás miro a los turistas con mapa, de soslayo y con sonrisita sarcástica. O sea toda una hija de puta argentina.
Anoche, tras una inauguración a la que concurrimos todos, los italianos posta y nosotros, los residentes, mis nuevos amigos, me llevaron de copas. El grupete a saber, se compone por, Alison, 22 años, Jordan, 23 años y  Christopher, que no le pregunté exacto, pero rondará los 25. Creo que no hace falta que describa el panorama.... Mamá gallina con los tres pollitos. O su versión más realista, tres pendejos con la jovata a cuestas. Sus respectivas madres tienen mi edad o apenas unos años más.Los guachos me hicieron cruzar toda la ciudad, para ir a tomar unas copas a un bar lleno de ídemes a ellos, con lo cuál, la única anciana seguía siendo yo. Ellos chupan, yo apenas si me mojo los labios con vino y ya estoy en pedo. Pero nos divertimos mucho sacándoles el cuero a nuestros anfitriones. Llegamos a teorías conspirativas creadas por la imaginación etílica, además de otras conclusiones todavía mucho más elaboradas sobre ciertas situaciones personales, de asistentes a la expo, (a quienes no conocemos) como bisexualidades encubiertas, poligamia, etc.Todo eso gracias a un poco de chianti, whisky, margaritas y birra.
Ya adoro a estos chicos, que pasaron a ser mis nuevos sobrinos, a falta de las reales que quedaron en casa.  Y como si tuviese poco con todos ustedes, ellos también ya me están buscando novio.
Juro que no todo es joda, trabajo como una yegua. Tres esculturas en 4 días no es poca cosa.
Como relataba en el post anterior, acá los hombres me miran, pero eso sí, todavía no logré arrancarles una palabra. Mi restaurante vecino, siempre está lleno de señores, ejemplo, jueves a la noche. Los mozos ya más o menos me tienen junada, y me hablan en inglés. Situación: tavola para uno per favore. Le piace questa? Señala una de la calle. Perfecto, grazie.
Detrás mío, dos caballeros hablando italiano. Se sienta en la mesa de al lado otro caballero, y escucho: Mozo, está bien para mi sólo una pizza chica?(todo en castellano). Mozo: no, mejor una grande, si es para vos solo (¡en castellano! A mi el turro me habla en inglés sabiendo que soy argentina) . Tras cartón, los dos bombones Baci,que estaban en la mesa de al lado, le empiezan a hablar a mi compatriota, preguntándole de donde era. Argentina, dice el flaco. Así qué ni corta ni perezosa me dí vuelta, y dije: yo también soy argentina!
Ni me miraron. Con lo cuál estoy deliberando conmigo misma para llegar a una respuesta más o menos razonable, o contratar un sociólogo que me lo explique. Las opciones a saber son: soy el fantasma Gasparín, soy un bicho canasto, los italianos son todos putos.
Por mi salud mental, me quedo con la tercera.
Ciao bella, va fangulo!
Besos a tutti li fiocchi.

martes, 1 de octubre de 2013

Siamo fuori

Tras unos días en el Reino de Bélgica, un Rivotril y un sublingual, siamo arrivato a Roma vía aérea. Es decir, me pusieron una estampilla en el tujes, y aquí estamos en la segunda Argentina.
Si el de Bruselas es el aeropuerto más largo del mundo, Fiumiccino es igual, pero sin cintas transportadoras de personas cansadas. Otra vez caminé como Pepinucho Coliflor, pero munida de un bolso de mano que pesaba 467 kilos, más mi cartera en la que había puesto todo lo que no me entraba en el bolso, ni en la valija. Sacando los bofes, y sin indicaciones, los pasajeros del vuelo 159 de Alitalia, llegamos sin saber cómo a retirar el equipaje. Primer síntoma argentino.
Me abalanzo sobre mi valija, y hago la cola de la aduana, junto con el resto de la gente. No hay nadie. Ni un aduanero, ni un polizia, ni nada que se le parezca a Moreno. Así que drogada y todo tras esperar 10 minutos, abrí la puerta y me fui, seguida por los demás . Segundo síntoma argentino. Pasar por la aduana y que nadie te revise.
Me esperaba mi caballo blanco, en forma de auto con chofer, mandado por mis anfitriones. No parliamo inglese, no parliamo spagnolo, e non parliamo niente. Otro que corría con mi valija...lo que me hizo preguntarme, cuál es el apuro de esta gente, que sale a los pedos con tu equipaje, como si las valijas fuesen las que le van a pagar la tarifa al llegar a destino.
Tercer síntoma nacional, el hombre iba puteando a cuanto automovilista se le cruzara y en la radio se escuchaba hablar de fútbol.
Tras varias vueltas, que está es la dirección, que no, que a mi me dijeron otra, que no, que la señora me dijo 56, no 156, y yo que sí, que es 156, llegamos al palacio.
Hagamos memoria y recordemos que mi valija pesaba lo que un dinosaurio vivo, y mi bolso, uno muerto. Algo me decía que seguramente mi departamento quedaba arriba de todo y sin a scensor. Es bruja! dijo la partera cuando me puso en brazos de mi madre. Terzo piano y sin anestesia! Tercer piso a pata! Cualquiera diría que tengo el culo pesado. Sí, además, pero venía cargada hasta el caracú. Por suerte mi príncipe mudo, por unos dinares, me la subió. Yo le hubiese dado unos lecop, pero prefirió euros.
Pasemos al palazzo mesmo. Un ambiente antiiiiiiiiiguo, tan antiguo, que de las vigas de madera del techo caen cosas. "Cosas" vendría a ser la misma madera que se está haciendo polvo, y questa cosa es la que me enmugrece el castillo. La mansión cuenta con un futon duro como una piedra del Coliseo,(hoy me trajeron otro colchón para ponerle encima porque aduje no se qué de la operación), una cocina incorporada que me da un poco de asquito, una mesa con dos sillas y un mantel de plástico, un baño con ducha que para enjabonarte los pies te golpeas la cabeza, y no te cuento si queres pasarte jabón por la parte de atrás. Inodoro,lavarropas, ventana a los vecinos y bidet! Sí señores, habemus bidet. Y muchas vigas de madera podrida.
En resumidas cuentas y para no cansar, las sábanas eran inexistentes y los toallones del año 1389 A.C, con lo cuál me bañé y sequé con la toalla de mano que había traído para teñirme el pelo y no arruinar nada, y dormí vestida, usando como almohada el cuellito inflable del avión y una pashmina a modo de frazada.
Primera compra en Roma? Muchos artículos de limpieza que subí gracias a una vecina amable que me veía desfallecer, una bata de baño y un juego de sábanas. Por suerte hace calor, porque en cuanto empiece a refrescar me compro un acolchado de duvet, para no usar lo que ellos llaman frazadas, y yo estopa.
Me levanté con el cuerpo dolorido esta mañana, y marché hacia el taller. Facilísimo llegar, si sos romano. Yo me perdí como corresponde al día de la fecha, y llegué transpirando como una yegua.
Primera agradable sorpresa, el taller impecable, y con absolutamente todo, o casi todo lo necesario. Le faltaría una slab roller laminadora, por lo demás hay todo. Lori-Ann y Paolo son súper buena onda y dispuestos a darte una mano. Mis compañeros de residencia son divinos. Dos pendex yanquis, una chica ( que todavía no le entendí el nombre) y un varón  Jordan. También hay un pasante inglés, amoroso, que se llama Christopher. Yo vengo a ser la vieja chota del grupo, pero no me importa.
Amigos, pónganse contentos. Los italianos me miran. Todavía no se muy bien porqué. Si porque les atraigo o porque e voy cargada como una mula con guía y GPS en mano. Ninguno de los dos anda, pero los llevo ya de costumbre.
Anoche baje a comer al restaurante de al lado y en una mesa había 13 hombres y una sola mujer. Creí que era la Última Cena de Leonardo da Vinci. Tengo esperanzas todavía. Parece que en Roma hay más hombres que mujeres. Pero no levantemos la perdiz, no sea cosa que se vengan las argentinas flacas para acá.
Todavía no pude ver mucho de la ciudad, salvo la mugre, y los carteles de las calles para no perderme.
Acá hay mucha organización basureril, pero las calles parecen el Riachuelo. Otra similitud patriótica. Andá a criticar a Macri después de caminar por el Trastevere. Juro nunca más rezongar contra mi Buenos Airees querido.
Ahora tengo que ver como lograr pasear por Italia sin sentir la culpa judía de no estar trabajando. Porque eso si, ella va conmigo a todas partes.
Gente, los voy dejando para irme a dormir que mañana quiero ir hasta la Fontana di Trevi a ver si puedo darme un baño como la gente al estilo Anita Ekberg en La Dolce Vita.
Ci vediamo domani.