martes, 18 de agosto de 2015

Hoy pintó el negro...

Cuando en el año, vas más a cementerios que a casamientos, empezá a preocuparte.
Si antes nos daba un poco de miedo el campo santo, hoy, hasta nos parece un lindo lugar. Vamos paseando entre las tumbas como Pancho por su casa, y miramos con cariño un lugarcito libre que queda debajo de un abedul, no vaya a ser que después de muertas, el sol nos arruine la piel.
Sabemos quién está enterrado al lado de quién. Vamos visitando conocidos, poniéndole flores y de paso, por las dudas, los saludamos, no sea cosa que el día de mañana nos hagan el vacío por no ser educadas.
De repente nos damos cuenta, que conocemos más difuntos que vivos, y entendemos el porqué de nuestra soltería. La ecuación es sencilla: nosotras cumplimos años + ellos también = más vale que nos apuremos.
Tenemos un amigo que dice que la diferencia de edad ideal entre un hombre y una mujer, es la mitad de los años del señor más siete. Entonces, según él, nosotras deberíamos estar buscando un novio de 84 ...O sea, estamos yendo al lugar correcto...La Tablada... Pero nos es difícil encontrar algo potable ahí...
Éste es el mismo amigo, que hace algunos años, quería presentarnos un paciente en coma, solamente porque todavía se le paraba a pesar de su estado. Para amigos así, quién necesita enemigos ¿no?
Igual le queremos, que al fin y al cabo, tiene buenas intenciones. No nos quiere ver solas.
Van pasando los años, se nos acerca la mitad de siglo, y justo encontramos una frase en las redes sociales, que nos identifica. "Dentro de toda persona mayor, hay una persona joven preguntándose qué carajo pasó". Y sí. Nos pasa seguido. Mirarnos en el espejo, y no reconocer nuestro reflejo. O peor. Mirar a nuestros pares, y pensar: está hecha/o mierda...¿le pasó un camión por encima? ¿Nos vemos así también?. Y llegamos a la conclusión que sí, que nos vemos igual o peor, pero antes muertas que aceptarlo! Y ahí es donde concatenamos con la parte del cementerio...y nuestros candidatos.
Pensandolo bien, todavía tenemos esperanzas con Shorsh...algún día vamos a estar en el mismo lugar.
Hablando del rey de Roma, el otro día lo vimos en una película, que dicho sea de paso, nos dejó bastante deprimidas. Estuvimos noventa minutos buscándole algún defecto, y no...nada che...
Según una amiga, no tiene labio superior, pero lo tiene. Más finito, pero está. Ojos, dos. Manos, dos. Pies, cuidados y sin hongos. Cabello, todo. Físico, entero...Elegancia, como Jean Cartier...Pero notamos una sola cosa...nunca, jamás, en ninguna película, vimos una escena romántica sensual, o sexual en la que el señor esté cuidadamente en bolas, o semi en bolas. Y ahí entendimos todo. ¿La tendrá corta? ¡Ma sí! ¡Por las dudas que se lo quede Almohadín!
Asunto liquidado. No más Shorshes, hasta que nos demuestre que estamos equivocadas.
Nota mental: para el año que viene, hacernos una escapada al Lago di Como, tocar la puerta en casa de G.C y pedirle si nos puede dar una canasta de huevos. A ver qué responde...