Hay de esos días en los que no querés nada, y están esos otros en los que querés todo.
Nunca hay un intermedio, porque vos sos todo o nada. Siempre o nunca. Amás u odiás, es blanco o negro, porque aparentemente en tu gama de colores no hay grises, con lo bien que te quedarían...
Siempre es más o es menos, pero nunca mas o menos todo junto.
Querés una casa, un departamento, una chacra, un taller, un taller con casa, un sucucho en cualquier lugar del mundo. Madrid, cualquier zona de España, New York, Punta del Este, Roma, la Toscana o la campiña francesa. Podría también ser en algún pueblito de Suiza, ¿por qué no? , cerca de las montañas, y si es posible con una cascada cerca.
No descartemos Portugal, que la gente es tan amable...
Vos te definís como una insatisfecha serial, que vendría casi a darle en el clavo, porque en realidad no sabés bien qué querés. Porque lo que querés ya no podés tenerlo. Porque los años pasan y vos no te hacés más jóven. Porque la gente no va y viene. Últimamente la gente se va...y se va para siempre.
Y las cosas con las que soñaste ya no son posibles, porque todo cambia y vos también. Lo único que no te cambia es esa necesidad imperiosa de tener todo lo que de todas formas no te haría feliz.
Porque la felicidad siempre te fue esquiva. Y porque sabés muy bien, que ahí donde buscás, no reside la felicidad.
Alguien que te conoce muy bien, te dijo alguna vez: vos siempre estás queriendo porque en realidad no querés perderte de nada. Querés acá, querés allá, porque tenés miedo que si te quedás en algún lado, te vas a perder de algo mejor en otro...
Qué curioso...yo siempre me pensé a mí misma como muy sedentaria, pero si en realidad me animara, viviría acá, allá y más allá también. Un poquito en cada lado. Para no aburrirme. Y heme aquí, sin embargo, encerrada en mi mente queriendo.
Porque también alguna vez te quise a vos, pero creí que si me quedaba, el hombre con el que soñaba no me iba a encontrar. Y nunca me encontró porque quizás nunca me dejé buscar. O por ahí porque lo dejé pasar pensando que merecía a alguien mejor. Por esa misma insatisfacción serial de la que hablaba antes. Y en ese incesante dejar pasar, me quedé con lo peorcito que iba encontrando, creyendo que era lo que merecía porque vos no me encontrabas.
Quizás en algún momento me anime a salir del escondite de mi alma. Quién te dice...a lo mejor en ese instante de lucidez, o de inconsciencia, nos encontremos.
Mientras tanto, es muy factible, que todo siga siendo blanco o negro, siempre o nunca, amor u odio y todo o nada.
Nunca hay un intermedio, porque vos sos todo o nada. Siempre o nunca. Amás u odiás, es blanco o negro, porque aparentemente en tu gama de colores no hay grises, con lo bien que te quedarían...
Siempre es más o es menos, pero nunca mas o menos todo junto.
Querés una casa, un departamento, una chacra, un taller, un taller con casa, un sucucho en cualquier lugar del mundo. Madrid, cualquier zona de España, New York, Punta del Este, Roma, la Toscana o la campiña francesa. Podría también ser en algún pueblito de Suiza, ¿por qué no? , cerca de las montañas, y si es posible con una cascada cerca.
No descartemos Portugal, que la gente es tan amable...
Vos te definís como una insatisfecha serial, que vendría casi a darle en el clavo, porque en realidad no sabés bien qué querés. Porque lo que querés ya no podés tenerlo. Porque los años pasan y vos no te hacés más jóven. Porque la gente no va y viene. Últimamente la gente se va...y se va para siempre.
Y las cosas con las que soñaste ya no son posibles, porque todo cambia y vos también. Lo único que no te cambia es esa necesidad imperiosa de tener todo lo que de todas formas no te haría feliz.
Porque la felicidad siempre te fue esquiva. Y porque sabés muy bien, que ahí donde buscás, no reside la felicidad.
Alguien que te conoce muy bien, te dijo alguna vez: vos siempre estás queriendo porque en realidad no querés perderte de nada. Querés acá, querés allá, porque tenés miedo que si te quedás en algún lado, te vas a perder de algo mejor en otro...
Qué curioso...yo siempre me pensé a mí misma como muy sedentaria, pero si en realidad me animara, viviría acá, allá y más allá también. Un poquito en cada lado. Para no aburrirme. Y heme aquí, sin embargo, encerrada en mi mente queriendo.
Porque también alguna vez te quise a vos, pero creí que si me quedaba, el hombre con el que soñaba no me iba a encontrar. Y nunca me encontró porque quizás nunca me dejé buscar. O por ahí porque lo dejé pasar pensando que merecía a alguien mejor. Por esa misma insatisfacción serial de la que hablaba antes. Y en ese incesante dejar pasar, me quedé con lo peorcito que iba encontrando, creyendo que era lo que merecía porque vos no me encontrabas.
Quizás en algún momento me anime a salir del escondite de mi alma. Quién te dice...a lo mejor en ese instante de lucidez, o de inconsciencia, nos encontremos.
Mientras tanto, es muy factible, que todo siga siendo blanco o negro, siempre o nunca, amor u odio y todo o nada.