sábado, 10 de agosto de 2013

Karma chamaleon

Vos venís con un día tranquilo. Te levantás como podés después de una noche con pesadillas. Decidís no ir a depilarte, porque qué necesidad hay de torturarte si no hay posibilidades de tener sexo en 200 km a la redonda, y tampoco tenés que ir al médico. Así que, hoy viernes, es tu día de spa mental. Hoy, hacés todas las cosas que no tuviste tiempo en el resto de la semana.
Y ahí vas, encarando la vida con una sonrisa cuál Mona Lisa, a buscar tu Ipad recientemente resucitado, por obra y gracia del Señor Arregla Apple, desde ahora mi guía espiritual.
Lamentablemente, mi nuevo gurú, no tiene su local cerca de mi casa, y como soy una negada para los bondis y/o subte, me dirijo a una esquina a tomar un taxi.
Como corresponde me paro a esperar a mi Rolando en su carroza negra y amarilla. Cinco de la tarde. Viernes. O sea. Horario de salida de los pendejos del colegio. Cinco millones de autos y ni un puto taxi. Veinte minutos parada y nada.
Y como si esto fuera poco, todas las viejas chotas del mundo, fueron como a propósito, a Cabildo y Pampa a tomarse un taxi. Diez viejas de mierda me afanaron mi medio de transporte. Viejas, llámese a las con y sin bastón, que pasan los 80, y a las que por ende, no podés decirles nada. Las odio pero soy respetuosa, porque sé que algún día voy a estar en sus zapatos y haré lo mismo. Como mi mamá.
Nunca en mi vida, me imaginé, que podía haber en mi vocabulario, tantas maneras de llamar e insultar a una anciana. No me sabía tan creativa. Vieja de mierda, vieja chota, vieja trola, vieja puta, la remil vieja de mierda, australopitecus taxívoro, la concha de la lora vieja, vieja robataxis....y ni explico las cosas que se me ocurrían hacerles con el bastón. Sobrinas, tomen nota, no se rompan la cabeza pensando cómo putearme cuando sea una geronte, ya se los dejo por escrito. Porque soy así de buena tía.
Pero no todas son señoras ancianas en el camino a los taxis. No, también las hay de la edad de una, y más jóvenes aún, que te ignoran directamente para abalanzarse sobre el taxi que viene libre.
A esas siempre les digo que les agradezco. Les digo que debo estar muy flaca si me ven transparente, y que me han alegrado el día.
Pero a la de hoy no. Ya veníamos con la temperatura del radiador en aumento y el disco de freno patinando.
Situación:
Levanto la mano para llamar al taxi. Cruza corriendo una mina de unos treinta años, se para delante mío, y se encamina a tomar el auto.
Yo: Hey, flaca, ése coche es mío, hace cuarenta minutos que estoy acá parada esperando. ¿Qué me vas a decir ? ¿Perdón, no te vi?  Mido, un metro sesenta, tengo un metro veinte de diámetro y con esta campera parezco el Yeti negro y me vas a decir que no me viste???
Ella: Perdón...jeje
Yo: ( a esas alturas ya un poco caliente) Perdón las pelotas!
Y ahí me subí, ya no tan feliz como había arrancado el día. Por suerte, el Señor Apple me devolvió por un rato la sonrisa, al entregarme en pleno uso de sus facultades tecnológicas, a mi amado Lázaro Ipad.
Taxi de vuelta. Esta vez sin espera. Subo y para mis adentros pienso, no voy a hablar con el tachero...hasta que veo que se le empiezan a cerrar los ojos. Me dije, a lo mejor es mezcla de oriental y tiene los ojos rasgados. ¿Por qué pensar que se está durmiendo? Pero por las dudas vamos a chequearlo.
Ehhh, señor...sabe qué? Agarre Santa Fe, Luis María Campos hasta el final y subimos por Juramento.
El señor somñoliento, responde, ehhhh, sí, como quiera. Y acto seguido, saca de una bolsa de supermercado un Actimel y se lo pone a tomar, inundando el taxi con un olor inmundo a yoghurt con lactobacilus.
Yo:¿Ta bueno? 
Tach: Sí, esto es buenísimo para cuando uno no tiene energías. Le levanta todo!
Y ahí mismo me arrepentí de no serme fiel a mi misma. Hubiese sido mejor estrolarnos con el taxi a tener que bancarme los 30 minutos del viaje más largo de mi vida, con un experto en yoghures varios, médico egresado de la Universidad de La Serenísima- Sancor, con un posgrado en circulación sanguínea y un doctorado de la Facultad de la Federación de Planetas Unidos de Star Trek en astrología, numerología y signos zodiacales, con videncia intuitiva.
Dios!! ¿El universo está confabulado en mi contra? ¿Todos los taxistas raros me tocan a mí? Es un karma que tengo con los hombre evidentemente. Todo bicho que camina, va a parar al lado de Elizabeth, sea circunstancial como en este caso, o con compromiso en el caso de mis ex maridos.
Nota: preguntarle a mi psiquiatra si me está cobrando poco porque no hay remedio conmigo, o si aumentando los honorarios, mis posibilidades de conversar con un hombre normal, pueden crecer.