De vez en cuando, el mal humor y la mala onda, se apoderan de nosotras. Digamos que más de una vez...o dos...o miles de veces por año. En esta oportunidad, vinieron para quedarse, como suegra insoportable. Ya hace una semana que convivimos en plena guerra, yo, y mis otros yo.
No me las banco más, y ellas a mí, menos que menos. No sabemos muy bien qué es lo que nos estamos recriminando unas a otras, pero la pelea es constante y la ligan los de afuera...como corresponde.
Nosotras no te somos Martín Fierro. No te somos unidas porque no somos hermanas. Ellas son okupas. Nadie las invitó a vivir conmigo, y sé que mi vieja no las conoce, porque dice que no las parió, cuando las mando a que conversen con ella.
Así que acá estamos, en una lucha constante por ver quién gana. No sabemos muy bien si conviene ganar o no, porque el trofeo está bastante averiado.
A saber qué nos pone de un humor de perros en estos días:
1) que nos despierten a las 8.30 de la mañana con whatsapp, llamados, mensajes, mails, y tocadas de timbre
2) el corte de pelo
3) los rollos de la panza
4) que el bar de a la vuelta del taller esté cerrado cuando queremos tomar un café
5) la gente que escupe en la calle (eso ya nos viene molestando desde el año pasado en el Palacio de Versailles)
6) la gente que se para de sopetón, en el medio de la calle, cuando vos venís embalada caminando
7) el automovilista que pone su auto en la senda peatonal, no dejándote cruzar.
8) que los caramelos de eucaliptus que compraste, sean un asco.
9) que TODO lo que falta en tu casa llegue en octubre
10) el quilombo de cajas que hay en la casa.
11) la falta de muebles en la casa
12) la casa
13) que se te rompan las piezas en el taller
14) la falta de creatividad
15) la falta de tiempo
16) Movistar
17) nosotras
Esto, es una pequeña síntesis de los que nos enferma últimamente.
Más de un transeúnte se ha visto perjudicado por nuestro estado de ánimo, al mascullo de: la concha de tu abuela pendejo, dejame pasar o mové el culo antes de que te lo patee.
O algún un conductor de auto, que al cruzar la bocacalle, y nos tira el auto encima, y se morfa un: ¿sos forro/a?¿no ves que hay senda peatonal pelotudo/a? ¡Te voy a meter por el orto raya por raya, a ver si así aprendés!
Hasta nosotras mismas que vamos discutiendo en voz alta, una con la otra, al son de I used to love her, but I had to kill her...Sos una tarada, yo te lo dije. Es la última vez. No me agarran más. ¿Por qué no se van todos a la puta que los parió? Sí, incluida vos estúpida (a uno de mis otros yo, o mi otro yo a mí). Etc.
Ayer sin ir más lejos, tuvimos terapia, y al entrar, le dijimos a nuestro psiquiatra: Si vas a decir algo inconveniente, pensalo dos veces. Evidentemente no nos tiene miedo, y nos cagó a puteadas.
Y así estamos. Entre la furia irracional y la menopausia.
Confiamos en que algún día todo pasará, y volveremos a ser las mismas de antes, aunque no sabemos si es un augurio o un desatino.
No me las banco más, y ellas a mí, menos que menos. No sabemos muy bien qué es lo que nos estamos recriminando unas a otras, pero la pelea es constante y la ligan los de afuera...como corresponde.
Nosotras no te somos Martín Fierro. No te somos unidas porque no somos hermanas. Ellas son okupas. Nadie las invitó a vivir conmigo, y sé que mi vieja no las conoce, porque dice que no las parió, cuando las mando a que conversen con ella.
Así que acá estamos, en una lucha constante por ver quién gana. No sabemos muy bien si conviene ganar o no, porque el trofeo está bastante averiado.
A saber qué nos pone de un humor de perros en estos días:
1) que nos despierten a las 8.30 de la mañana con whatsapp, llamados, mensajes, mails, y tocadas de timbre
2) el corte de pelo
3) los rollos de la panza
4) que el bar de a la vuelta del taller esté cerrado cuando queremos tomar un café
5) la gente que escupe en la calle (eso ya nos viene molestando desde el año pasado en el Palacio de Versailles)
6) la gente que se para de sopetón, en el medio de la calle, cuando vos venís embalada caminando
7) el automovilista que pone su auto en la senda peatonal, no dejándote cruzar.
8) que los caramelos de eucaliptus que compraste, sean un asco.
9) que TODO lo que falta en tu casa llegue en octubre
10) el quilombo de cajas que hay en la casa.
11) la falta de muebles en la casa
12) la casa
13) que se te rompan las piezas en el taller
14) la falta de creatividad
15) la falta de tiempo
16) Movistar
17) nosotras
Esto, es una pequeña síntesis de los que nos enferma últimamente.
Más de un transeúnte se ha visto perjudicado por nuestro estado de ánimo, al mascullo de: la concha de tu abuela pendejo, dejame pasar o mové el culo antes de que te lo patee.
O algún un conductor de auto, que al cruzar la bocacalle, y nos tira el auto encima, y se morfa un: ¿sos forro/a?¿no ves que hay senda peatonal pelotudo/a? ¡Te voy a meter por el orto raya por raya, a ver si así aprendés!
Hasta nosotras mismas que vamos discutiendo en voz alta, una con la otra, al son de I used to love her, but I had to kill her...Sos una tarada, yo te lo dije. Es la última vez. No me agarran más. ¿Por qué no se van todos a la puta que los parió? Sí, incluida vos estúpida (a uno de mis otros yo, o mi otro yo a mí). Etc.
Ayer sin ir más lejos, tuvimos terapia, y al entrar, le dijimos a nuestro psiquiatra: Si vas a decir algo inconveniente, pensalo dos veces. Evidentemente no nos tiene miedo, y nos cagó a puteadas.
Y así estamos. Entre la furia irracional y la menopausia.
Confiamos en que algún día todo pasará, y volveremos a ser las mismas de antes, aunque no sabemos si es un augurio o un desatino.