Prefacio:
Amo a mi madre y no quiero ser mal interpretada. Este relato, si bien es bastante cercano a la realidad, no implica que de un modo masoquista, no lo esté disfrutando. Fue mi decisión y no soy ninguna santa. Sólo me considero una buena hija. Todo lo que aquí se escriba, no debe ser tomado al pie de la letra. Madre hay una sola, y no sé si la cambiaría. Hay peores.
Capítulo I:
Help, I need somebody help! Not just anybody, help!
Los Beatles nos dedicaron esta canción hace cincuenta y un años. O sea, uno antes que naciéramos. Como todos sabemos Lennon era un visionario. En abril del año 65 intuyó que Mother se embarazaría de nosotras y previendo nuestro destino, compuso Help. Lamentablemente, si bien fuimos la musa inspiradora, no cobramos regalías.
Tres veranos atrás, decidimos ganarnos el cielo, por lo cuál dedicamos una semana entera al año a vacacionar con nuestra queridísima madre que nos parió, que de otro modo se quedaría en casa cagándose de calor. Por siete, le hacemos de enfermera, mucama, vestuarista, madre, hija y terapeuta ocupacional. No nos quejamos, simplemente nos arrepentimos.
Este año, la Crucifixión nos cayó en Carnaval aunque el Rey Momo no nos está clavando.
Llegamos al hotel, y nos pusieron la pulserita como la de las maternidades. No sea cosa que nos cambien a mamá por otra. A esta ya la conocemos de sobra, y no andamos con ganas de criar madres ajenas.
Mother o La Reina (de ahora en más ése es su nombre), tiene sus mañas. Todo debe estar en el orden que ella exige y en el momento que ella quiere. O sea, si en su casa quiere que le traigan medio tomate pelado, todo bien, pero que en el hotel pretenda que le traigan la rúcula sin el cabito, vamos mal. Así empezamos las vacaciones. Con la rúcula que tiene palito, el pan que tiene mucha sal, el melón que está duro, la cama que es muy alta, el aire que está muy fuerte, los chicos que gritan mucho y la tele que se corta. Esto, por mencionar sólo algunas cosas.
Nosotras tendríamos ganas de decirle algo, pero nos contenemos, admitiendo que nos parecemos bastante a la Reina, cosa que nos convierte en una Princesa insoportable. La única diferencia está, en que la rúcula no nos encanta, así que si fuese por nosotras, se podrían meter el cabito en el tujes, con rúcula y todo.
Siendo absolutamente honestas, debemos decir que si ella es feliz, nosotras también. ¿Querés poner la tele en TVMonde? Buenísimo, nosotras practicamos francés...¿Querés subir el volúmen a cincuenta y cinco? Ok, para eso nos trajimos tapones para los oídos. ¿Querés ir al baño trescientas cuarenta y cuatro veces en diez minutos? Genial, tenemos que hacer ejercicio nos dijo el médico...
¿Querés compartir el plato porque te resulta muy grande? Ni en pedo! No nos jodas. Hasta ahí llegó nuestro amor. No nos toques las papas fritas porque te cortamos un dedo por más madre nuestra que seas.
Mañana sacamos carnet de pileta. Ahí vendrán el : abrí la sombrilla, cerrá la sombrilla, corré la silla para acá, mejor correla para allá, hace calor, tengo frío, poneme protector, no tanto, acompañame a la pileta, pero no me mojes, quiero un cortado, mitad y mitad, un poco más de leche que de café, pero no lágrima, y una jarrita de leche caliente por las dudas.
Este año no tenemos, como el año pasado,a las madres del Rally Dakar para decirnos que les gustaría tener una hija como nosotras. Habrá que buscar entre los huéspedes del hotel quién nos levante el ego...No les pedimos que nos levanten otra cosa porque pesa.
Y aquí estamos, en el primer día de Geriatría I, aprendiendo lo que el día de mañana le enseñaremos a nuestras sobrinas, si pretenden heredarnos.
Amo a mi madre y no quiero ser mal interpretada. Este relato, si bien es bastante cercano a la realidad, no implica que de un modo masoquista, no lo esté disfrutando. Fue mi decisión y no soy ninguna santa. Sólo me considero una buena hija. Todo lo que aquí se escriba, no debe ser tomado al pie de la letra. Madre hay una sola, y no sé si la cambiaría. Hay peores.
Capítulo I:
Help, I need somebody help! Not just anybody, help!
Los Beatles nos dedicaron esta canción hace cincuenta y un años. O sea, uno antes que naciéramos. Como todos sabemos Lennon era un visionario. En abril del año 65 intuyó que Mother se embarazaría de nosotras y previendo nuestro destino, compuso Help. Lamentablemente, si bien fuimos la musa inspiradora, no cobramos regalías.
Tres veranos atrás, decidimos ganarnos el cielo, por lo cuál dedicamos una semana entera al año a vacacionar con nuestra queridísima madre que nos parió, que de otro modo se quedaría en casa cagándose de calor. Por siete, le hacemos de enfermera, mucama, vestuarista, madre, hija y terapeuta ocupacional. No nos quejamos, simplemente nos arrepentimos.
Este año, la Crucifixión nos cayó en Carnaval aunque el Rey Momo no nos está clavando.
Llegamos al hotel, y nos pusieron la pulserita como la de las maternidades. No sea cosa que nos cambien a mamá por otra. A esta ya la conocemos de sobra, y no andamos con ganas de criar madres ajenas.
Mother o La Reina (de ahora en más ése es su nombre), tiene sus mañas. Todo debe estar en el orden que ella exige y en el momento que ella quiere. O sea, si en su casa quiere que le traigan medio tomate pelado, todo bien, pero que en el hotel pretenda que le traigan la rúcula sin el cabito, vamos mal. Así empezamos las vacaciones. Con la rúcula que tiene palito, el pan que tiene mucha sal, el melón que está duro, la cama que es muy alta, el aire que está muy fuerte, los chicos que gritan mucho y la tele que se corta. Esto, por mencionar sólo algunas cosas.
Nosotras tendríamos ganas de decirle algo, pero nos contenemos, admitiendo que nos parecemos bastante a la Reina, cosa que nos convierte en una Princesa insoportable. La única diferencia está, en que la rúcula no nos encanta, así que si fuese por nosotras, se podrían meter el cabito en el tujes, con rúcula y todo.
Siendo absolutamente honestas, debemos decir que si ella es feliz, nosotras también. ¿Querés poner la tele en TVMonde? Buenísimo, nosotras practicamos francés...¿Querés subir el volúmen a cincuenta y cinco? Ok, para eso nos trajimos tapones para los oídos. ¿Querés ir al baño trescientas cuarenta y cuatro veces en diez minutos? Genial, tenemos que hacer ejercicio nos dijo el médico...
¿Querés compartir el plato porque te resulta muy grande? Ni en pedo! No nos jodas. Hasta ahí llegó nuestro amor. No nos toques las papas fritas porque te cortamos un dedo por más madre nuestra que seas.
Mañana sacamos carnet de pileta. Ahí vendrán el : abrí la sombrilla, cerrá la sombrilla, corré la silla para acá, mejor correla para allá, hace calor, tengo frío, poneme protector, no tanto, acompañame a la pileta, pero no me mojes, quiero un cortado, mitad y mitad, un poco más de leche que de café, pero no lágrima, y una jarrita de leche caliente por las dudas.
Este año no tenemos, como el año pasado,a las madres del Rally Dakar para decirnos que les gustaría tener una hija como nosotras. Habrá que buscar entre los huéspedes del hotel quién nos levante el ego...No les pedimos que nos levanten otra cosa porque pesa.
Y aquí estamos, en el primer día de Geriatría I, aprendiendo lo que el día de mañana le enseñaremos a nuestras sobrinas, si pretenden heredarnos.