jueves, 3 de agosto de 2017

¿Es tres?

-¿Sabés? Ultimamente cuando me pongo nerviosa, me duele el pecho y el brazo, fue el comentario que le hice hoy a mi médico clínico. 
-¿A ver? me dijo. Vení que te hago un electro.
-Bueno, ¿viste todo esto que te duele? Es estrés. Yo te diría que te vayas de viaje, y te relajes un poco que es lo que te está haciendo falta.
-Haceme la receta, le digo, que voy a la agencia de viajes a ver si me hacen el 40% de descuento.
Así que por prescripción médica, se viene un nuevo Soysola por el mundo.
Pasaje en mano, remise reservado y valijas listas para los tres trapos que vamos a llevar.
En quince días estaremos rezándole a San Iberia de todos los Aires, para tener un vuelo seguro. Amén   (nunca mejor dicho) de las oraciones a San Rivotril y Santa Quetiapina.
Ya vendrán la bitácora de viaje y las quejas por los taxistas del viejo continente.
Pero antes de partir, vamos a despuntar el vicio queriendo.
Quiero un pent house en New York, para sentarme a mirar cómo es la vida en el cielo.
Quiero las bolas de cristal, para predecir tu pasado. 
Quiero recuperar los años de amores perdidos, y perder los años de amores no encontrados.
Quiero una góndola en Venecia y un gondolieri milanés, antes que un salmón rosado en el supermercado chino.
Quiero hacerle pito catalán a un catalán de Cataluña y bailar la jota aragonesa en un tablao flamenco.
Quiero el savoire -faire de los franceses, pero con acento cordobés.
Quiero una torta galesa,  un buen whisky irlandés, para sentarme a disfrutarlos en la campiña inglesa.
Quiero la distancia que hay entre tu sombra y la mía, a la lejanía de tu corazón partido.
Quiero la confianza del que desconfía, a la ceguera del romanticismo baboso y sin sentido.
Quiero la salvedad del no saber para qué existo, mientras veo navegar a los otros, en un barquito de papel.
Quiero la remodelación completa de mi vida, con chapa y pintura incluidas.
Por último, quiero encontrar a Shorsh a la vuelta de la esquina, hacerme la interesante y pedirle un Nescafé cortado descafeinado, mitad y mitad, ni tanta leche ni poco café, con Splenda s´il vous plait.