lunes, 28 de julio de 2014

Lecciones de francés con Soysola

Y henos aquí, las tres, yo, mi otro yo y el yo de mi otro yo. Hemos vuelto y seremos millones.
Nuestra casa ahora se llama Vallauris. Somos franco-argentinas aunque nuestro francés se ha deteriorado notablemente en estos últimos dos años. Volvimos a ser el bicho raro del pueblo. Lo extrañábamos.
¡Oh Vallauris, Vallauris! ¡Cuánta falta nos hacía encontrarnos con la mugre de tus callecitas angostas, los cuatrocientos perros por habitante, la mala onda de los árabes y caboverdianos, el aroma a chivo cada dos pasos…!¡Oh Vallauris, Vallauris! Tus cucarachas son las más grandes que ví en mi vida, y tus mosquitos se enamoraron de mí. ¿Qué más puedo pedir?
Me preguntan porqué no escribo. Nuestra rutina en estos quince días, ha sido, de casa al supermercado, del supermercado al taller, del taller a casa, de casa a la cama. Bueno, la cama está en la casa.
Mis conversaciones han sido: bonjour madame, bonjour monsieur, est ce que je peux…y la oración queda ahí sin completar, porque no sabemos cómo se sigue, ah! y café cremme decafeiné s´il vous plait.  Así y todo nos las arreglamos para comprar una tarjeta SIM para el celular y un módem para la compu. Ya que estamos, agradecemos a nuestra amiga Victoria, que nos hizo de intérprete cuando el módem dejó de funcionar. No es que haya solucionado mucho, pero por lo menos la mina del negocio supo que yo tenía mi propio Chapulín Colorado para defenderme.
Lo que se ha desarrollado notablemente en nosotras, es nuestra capacidad para inventar un nuevo lenguaje de señas franco-argento-inglés. Dado que sólo entendemos medio pito de lo que nos hablan, nuestras frases con la chica de Bouygues Telecom (léase Buig), pasaron a ser algo así: Bonjour madame, c´est coso ne marche pas (gesto de degollar un cuello). ¿Et bon, qué hacemos?(montoncito con los dedos juntos, y cara de fastidio al mismo tiempo, funciona a la perfección) Tras la cara de desconcierto de la mujer, comenzamos a hablar en inglés. Ella nos entiende perfectamente, pero nos sigue contestando en francés. Imposible repetir sus palabras. No porque me haya insultado, sino porque sigo sin tener la más puta idea de qué me dijo.
(Palmas para arriba con brazos semi extendidos) ¡Je intenté recharger veinte veces esto, avec le computer, et ne me permite pas! Still doesn´t work! ¡Eh! Miré avec votre yeux (señalando la pantalla).
Esta situación se repitió durante una semana.
Salma, así bauticé a la chica, con la mejor onda, llamando a Buig Telecom para ver porqué joraca no me dejaba recargar online, terminó sabiendo mi nombre, apellido y mi número de tarjeta de crédito de memoria. Espero que no lo use en mi contra.
Solucionado el tema módem, nuestro nuevo problema era recargar el celular con una clave que te dan. Llamás al 630 y te va diciendo los pasos a seguir…si entendés francés! Nosotras, sólo entendimos: si quiere recharger con la carte bleu  (me llevó días entender que era la tarjeta de crédito) marque 1, si quiere recharger avec el papelito, marque 2. Y nosotras marcábamos dos. Después, que sea lo que Dios quiera. No sabemos a qué número le recargamos, ni cuánto tiempo tengo para navegar o llamar por teléfono. Obviamente no puedo llamar al exterior, así que tengo como 40 euros cargados al pedo.
Terminado el tema conexiones.
Pasemos a los vecinos. Mi ventana da a la Rue des Grands Horts, obviamente. No podía ser de otra manera. Al lado de ella, hay una mezquita, que da la onda cueva de Alí Babá, y te cantan día y noche como los pastores evangelistas. Además, gritan mucho y con la nueva guerra en Medio Oriente, nuestra imaginación vuela, y el cerebro elucubra reuniones secretas de Hamás, planes de invasión a nuestro departamento, porque averiguaron que somos judías y toda paranoia posible dado los tiempos que corren.
Otro personaje es el señor que está parado, desde que me voy a la mañana, hasta que vuelvo a la noche, en la puerta del edificio de al lado. No, no es el portero. Eso no existe acá. Aunque sería un buen laburo para los tipos, que no hacen nada en todo el día.
El susodicho no me dice ni bonjour ni bonsoir. No me dice. Me ignora. Lo que es imposible de ignorar es su odeur de chèvre, u olor a chivo.
Pero he tenido una revelación importante en cuanto refiere a Francia y los franceses, y su fama de haber inventado el perfume para no bañarse. Es una falacia. Se bañan. Y lo hacen todos los días. Lo que pasa, es que el jabón no lava. Ya hemos pasado por varias marcas de jabón y geles para duchas, y ninguno te lava. Te pasás el jabón por el cuerpo, y no queda, es como si se resbalara. Y vos te fregás y fregás, y finalmente desistís, y te decís: ¡má sí, para que carajo me sigo bañando! Y de ahí la leyenda.
La experiencia en el Laverap local, fue algo especial. Día de lavar, te decís, y ahí marchás con sábanas, toallas, toallones, anche pantalones. Pero el lavadero es literalmente automático. No hay nadie para atenderte. Te atendés solo. Y sola estaba, hasta que llegó un señor. ¿Parlez vous anglais? No, me dice el tipo. Así que cargo mi lavarropas número 7 e intento imitar los pasos del hombre.  El único problema, es que no retengo instrucciones. Mi cerebro no está diseñado para eso. Me vino sin la parte de la memoria reciente, o tengo Alzheimer. Una de dos.
Con lo cuál, mi lavarropas terminó haciendo un lavado completo con centrifugado y todo, pero sin el jabón en polvo pertinente. Me fui hasta el taller de Sandrine, la hice hablar con el número de emergencia del lavadero, y me anotó las instrucciones, cuál madre a un hijo bobo, en un papelito. Y hacia allí marché nuevamente. Esta vez puse el jabón.
Y así, las tres nos vamos arreglando en Francia…nuestra ropa tiene olor a jabón inodoro, no sabemos qué comemos porque no entendemos el menú ni al mozo, compramos artículos de limpieza para limpiar vaya a saber qué, porque no sabemos lo que dice la etiqueta …y así todo. Pero resistimos estóicas.
La formule. Viene a ser entrada, plato y postre, más agua. Así que ya engordamos un tanto porque ¿quién se niega a una formule con patisserié francesa?
Se come raro en Francia. Para mí que la famosa cocina francesa la inventamos nosotros, los argentinos. Como el dulce de leche , el bondi y la birome Bic.¿Qué haría el mundo sin nosotros?
Lástima que el 95% de la población mundial, no tiene idea dónde carajo queda Argentina, que si no, seríamos una potencia.
Au revoire, me voy a dormir con la misión cumplida.¡Vive la France! ¡Vive el asado y la parrillada entera!¡Cómo te extraño hermano, como te extraño, hic! (el hic, leáse en francés)