Hola, ¿que tal? ¿Puedo pasar? Soy yo, Soysola de nuevo.
¡Sí señores, he vuelto y somos millones!
Estamos yo, mi yo primario, el secundario, el terciario, el universitario y ahora también, señoras y señores y porqué no lactántricos, el geriátrico!
Tras un período de nosoysolez, aquí estamos todas nosotras como si el tiempo no hubiese pasado.
Hemos tenido fiestas en familia numerosa, con y sin peluca, pero siempre con knishes y lajmashin. Ahí notamos que el famoso paso de los años, es absolutamente real y tangible,por varios motivos. Ejemplos. Te sientan en la mesa con tu mamá, tus hermanas y los abuelos varios del plantel jóven de la otra sociedad familiar. Ya no bailás tanto como antes en virtud de que la pista está ocupada por los treintañeros y pequeños saltamontes. Además vos y tus otros yos, no están en condiciones de romperse ninguna cadera y menos un implante dental. Ni te cuento si en algún zarandeo jasídico te vuelan los multifocales que te costaron, literalmente, un ojo de la cara. Y por ultimo, en tu carterita de fiesta o "clutch"(que no sabremos nunca qué significa), en vez de tampones, llevás Omeprazol.
Pero volviendo a la situación que nos aqueja, la chotez se manifiesta en formato sentimental.
Tenemos un Soysolo que te corteja, y a nosotras nada nos viene bien. Que si te quiere mucho, te asfixia, y si te da poca bola, ¿quién corno se cree que es que no se da cuenta la(s) mina(s) que tiene al lado?
Se va y por un lado respiramos, pero por el otro, nos deprimimos al encontrarnos un sábado de madrugada, escuchando a Maria Martha Serra Lima cantando en Crónica.
No sólo nos deprime que cante"Como toda mujer" o "La tercera es la vencida", sino que nos asusta darnos cuenta que tenemos el mismo diámetro que la señora. Y esto, lo notamos, mientras masticamos una oblea rellena bañada en chocolate.
Entonces hoy, para hacerla breve, queremos: la capacidad de volver a ser una sola y no quinientas.
Quiero la locura que tengo, pero más quiero la que no tengo.
Quiero saber decir no, en vez de asentir sin sentir de verdad.
Quiero la paciencia perdida, los años mozos, los mozos con pocos años y la mesa servida.
Quiero ser pasional sin morir en el intento, y quiero morir sin intentar morir en el intento.
Quiero tener la voz de Doña Serra Lima, y cantar a viva voz mis ganas de estar enamorada y encender el fuego de tu piel amada, como está cantando la señora.
Quiero que la gente me entienda sin tener que explicarme todo el tiempo, y encontrar mi Dr Spock que lea mi mente sin que yo abra la boca...ni la mente.
Quiero ser las bailarinas de Degas, y ponerme el tutú, ya que no sé manejar.
Quiero irme de viaje al infinito y decirle al mundo Ay amor, si yo pudiera abrazarte ahora, y que la vacuidad me responda al son del eco Ay amor, ay amor, ay amor, hay amor...
Quiero dejar de ver Crónica porque me está volviendo sociable, sensible y romántica, cosa que nos negamos rotundamente a ser.