Y otra vez llegó la Navidad. No la estábamos esperando, pero vino igual.
Es que nosotras nunca te esperamos estas fechas. Siempre andamos con la ilusión de que pasen de largo. Pero el Niño se empeña en nacer y nacer año tras año. Un cabrón el pibe, que viene a recordarles a los solos y solas del mundo entero, que es hora de festejar con nadie.
Como si esto fuese poco, a nosotras, que además de solas somos judías, nos echa en cara que lo mandamos a la cruz. Y no contento con eso, resucita. Como las madres...te psicopatea hasta que hagas lo que quiere y termines adorándolo y odiándolo por igual.
Un jodido el pibe al final...
Y en el medio de todo este quilombo, aparece Papá Noel. Ése, que con su nombre, te recuerda, que otro año más no te va a traer lo que tanto pedís. No, Él, no.
Si nosotras nos portamos bien!, le escribimos. Pero no. Sigue sin traérnos a Shorsh envuelto para regalo.
Un gordo resentido, por llamarlo de una manera amable.
Así que ahora, decidimos pasar a cuarto intermedio, hasta después de nuestro cumpleaños. No es que estemos esperando que alguna amiga se apiade, y nos regale al chongo. No tienen tantos contactos como para eso y tampoco creen en los Reyes Magos.
En definitiva, esta vez no vamos a pedir nada. Por una vez en la vida, no pedimos. A ver si de esta manera se cumplen nuestros deseos...
Felices fiestas para todos!!! De Soysola y sus otros yo.