jueves, 21 de agosto de 2014

Vamos que venimos

Después de varias idas y vueltas, como ya casi todos saben, he decidido, no sin antes consultar con mis otros yos, cancelar la exposición. Y bueno, de tanto ver cosas de Picasso, tanto bovino y tanta España, había que tomar el toro por las astas y lo hice sin dudar. Nomiarrepiento de nada nomeiarrepiento.
Todo concluye al fin, nada puede escapar, pero yo sí. Y lo hice a tiempo. Vengo a ser la Houdini de la cerámica. Siempre y cuando no termine como él, pero en vez de ahogada en agua, en esmalte de alta temperatura. Mucho más caro y algo tóxico. O sea que lo de morir ahogada sería lo de menos, porque antes moriría intoxicada y pobre.
Pero bueno, como dice un amigo nuevo ¡a dar vuelta la página! Y así lo hemos hecho. Yo, mi otro yo, el otro yo de mi otro yo, y la nueva Soysola que descubrimos que tenemos adentro. Una con mucha paciencia hasta que la pierde, pero la pierde con aplomo y cordura. Porque si éramos pocas, parió la abuela. Soysolaygrande. Grande en todos los sentidos. En madurez, en edad, y en tamaño fundamentalmente. Esto último, gracias a los franceses y su puta patisserie.
Francia.
Hasta este fallida experiencia, creíamos que amábamos Francia y a los enfants de la Patrie. Pero con decirte que hoy, en el tren, nos cruzamos con un grupo de brasileños y los quisimos más que nunca, significa que algo huele mal en Dinamarca. Nunca olí a los daneses, pero no creo que sea peor que lo de acá. Hazte la fama y échate a dormir, dicen.
Soysolaygrande y toda la prole se fueron a pasear y a disfrutar de lo que queda del viaje. Al principio fuimos a los lugares ya conocidos. Cannes, Antibes, Golfe Juan, Niza, como para ir despuntando el vicio. Pero nos aburrimos. Cannes es la Bristol a principios de enero. Antibes, un San Telmo con Puerto Madero. Golfe Juan, vendría a ser Miramar mezclado con el Riachuelo, y Niza, Constitución con playa.
Así que hoy decidimos incursionar un poco más lejos y nos fuimos casi hasta la frontera con Italia. Menton. Que no tiene nada que ver con César Banana Pueyrredón (chiste malo y obligado). Hasta ahora, va puntero en la lista de posibles lugares de retiro jubilatorio. Estás en Francia, lejos de los franceses. No estás en Italia, pero podés estarlo en cualquier momento y comprarte zapatos italianos. De vecinos tenés a los monegascos y a los Alpes. No joden para nada. Los primeros porque viven en una burbuja de pedo, y los segundos porque son montañas que no van a ningún lado. Si no fueron a Mahoma, imaginate si te van a ir a vos.
Las playas francesas. Pura piedra. Tenés para empezar una intifada. No vamos a entrar en terrenos políticos, pero te digo que si a nosotras nos tirás con una piedra del Mediterráneo, no sabemos con qué somos capaces de responderte. Los tamaños varían desde el medio grande, hasta el grandísimo. Podrías construír otro Macchu Picchu, y te sobra para jugar a la payana con los dinosaurios.
El tema de irte a pasear a otros pueblos, es el tener que volver a Vallauris. Que salís de acá, salís. Ahora ¿cómo hacés para volver? Cual Cenicienta sin zapato antes de las 20.30 hs. Hasta ahí tenés bondi. Después, arriesgate a volverte a pata por las rutas de Grace Kelly. Acá son todos Reutemann en el circuito de Monza. Corren como si tuviesen algo que hacer. ¡Loco estás en la Costa Azul!¡Acá nadie labura, ¿qué tanto apuro? La mitad son multimillonarios, la otra mitad son desocupados que se rascan el tujes sentados en el bar de la esquina jugando a la raspadita.
Hemos descubierto otra cosa sobre el aroma o la falta de él. No es privativo de los caballeros. Ayer se nos sentó al lado, en la parada del colectivo, una bella jóven de unos veintipocos años, leyendo a Michel Foucault. La chica en cuestión, tenía la filosofía del no desodorante. Queríamos preguntarle el motivo de la negación a oler bien, pero decidimos que preferíamos seguir conteniendo la respiración hasta morir, antes que abrir la boca y explotar como los sapos cuando tragan humo.
Ya nos vamos de la villa en pocos días, pero seguiremos por la Galia. Descubriremos si los marselleses escribieron la Marseillaise y si todavía está Montecristo en la isla de If.
A tout a l´heure o a tout olor!