sábado, 8 de junio de 2024

Vuelven los viajes en solitario

En pocos días más, Soysola vuelve a viajar.
Otro viaje en solitario, esta vez más de trabajo que otra cosa.
No es un viaje más. Es el primer viaje que hago desde que el mundo enloqueció un 7 de octubre.
El terror con el que vivía mi papá, se repite tras 80 años. Suena increíble. Pero no lo es. Desde que murió mi viejo, al que extraño a más no poder, es la primera vez que doy gracias de que no esté vivo. Y odio a la gente que hace que yo me tenga que poner contenta porque ya no está.
Conversando hoy con una amiga, me contó un episodio que vivió con unas, llamémosle amigas, si se quiere, que le preguntaron ¿por qué la gente odia tanto a los judíos?
A mis amigos les digo: nunca me pregunten semejante boludez porque vuela un cachetazo.
El odio es irracional. El antisemitismo es más irracional aún. Como bien dice esta amiga mía, el odio irracional hacia los judíos, llega al punto en el que el mundo prefiere apoyar un régimen terrorista, misógino, homofóbico, dictatorial, que hace un culto de la muerte y que brinda cero garantías constitucionales a cualquiera que ose, siquiera, contradecirlo.
Si no mirá, por darte un ejemplo de los más leves, a Salman Rushdie que escribió Los Versos Satánicos, allá por el año 1988, y sobre quien se pide su cabeza desde el Estado Islámico. Y cuando digo que piden su cabeza, es literal. Es su cabeza cabeza. Simplemente porque osó escribir un libro inspirado en Mahoma y en tres versículos del Corán. Y no tuvo la mejor idea que llamarlos "satánicos". 
Imaginate que venga hoy George Clooney , a pedir mi testa, después de tener un romance platónico por años con él, porque lo llamo pollerudo y pelotudo ahora que fue a pedirle explicaciones a Biden de por qué criticó a su mujer por ser antisemita.
Faltaba más.
No. Si definitivamente el mundo se volvió loco. Y te puedo jurar que como judía, da mucho miedo.
Yo te hago esta pregunta. ¿Qué te lleva a vos a defender terroristas? ¿No te gusta Netanyahu? ¿Te parece un tipo de derecha? ¿Creés que Israel es un país colonialista? ¿Ves a los palestinos como los débiles de la película?
Ok. Te cuento que podés creer todo eso, sin ser antisemita. No es necesario. 
Yo podría refutarte lo del colonialismo con datos fehacientes. Decirte que los palestinos no son los débiles de la historia. Podría también detallarte punto por punto porqué sostengo esto, pero no me creerías, porque preferís seguir con tu odio antisemita. 
También te podría contar, que a mí tampoco me encanta Netanyahu, pero es el único líder democrático, del único país democrático e inclusivo de todo Medio Oriente. Y por eso lo banco.
Te podría decir que odio al régimen islamista radical, pero no por eso odio a los musulmanes.
Esta guerra me abrió los ojos sobre mis propios prejuicios. Aprendí, gracias a las  benditas redes, que hay musulmanes (sigo a muchos) que se sienten hermanados con los judíos y los cristianos. 
Pero para vos, es más fácil pensar que yo odio a los palestinos, así justificas tu odio hacia los judíos.
 No. Yo odio a los terroristas palestinos, que te guste o no, me quieras creer o no, son una gran mayoría de los residentes de Gaza y Cisjordania. Los datos, que salen de sus propias fuentes, dicen que el 75% de la población apoya a Hamás. Y cuando dicen apoyar, no están refiriéndose a lo que vos, occidental y democrático, considerás apoyo. Significa que de cada familia de ese 75% hay uno o más integrantes dispuesto a inmolarse para matar un judío. Ese es el 75% que apoya las violaciones en masa a las rehenes israelíes, la decapitación de bebés judíos, la incineración en vida de familias enteras. 
Y a mí me toca viajar en medio de esta ola antisemita. Sola. Conociéndome. Que no me callo. Que desde el 7 de octubre soy una persona con menos paciencia y bastante más intolerante a la ignorancia. Con cien frentes abiertos en mi vida. Con mis miedos habituales y los adquiridos recientemente.
Un viaje al que iba con muchas ganas, y que de a poco se van desvaneciendo. Entendiendo a mis 58 años, mis propias limitaciones. Desencantándome de gente, anche de mí misma .
Con una angustia que no sentía desde mis ataques de pánico. Reconociéndome incapaz para muchas cosas para las que me creía capacitada y entendiendo que no estoy hecha para la hipocresía, ni para el juego sucio. Asumiendo que hay cosas que no puedo cambiar en mí. Me reconozco una persona empática, solidaria y buena leche, y daría hoy, cualquier cosa por no serlo. Porque serlo sólo me trae dolores de cabeza.
En estas condiciones, emprendo un viaje, hasta el momento por tres meses, que en cualquier segundo pueden pasar a ser dos y medio. 
Son días con muchas decisiones a tomar que pueden cambiar, una buena parte del rumbo de mi vida.
Entre guerras externas y guerras internas, se viene el próximo viaje en solitario.