En este momento aciago, con Animales Sueltos en el aire, y la casa llena de olor a bife, procederemos al pedido del fin de semana.
Pedimos al Señor que le mande una faringitis a Alejandro Fantino y tenga a bien recluírse en su casa y callarse la boca por un largo tiempo.
Que un alma caritativa le acerque a Luciana Salazar, la pomada Manzan para las hemorroides que le salieron en la boca. Y un guardarail para que no choque con esos dos neumáticos que tiene a modo de tetas, que en cualquier momento explotan.
Un pantalón con forro para Hernán Caire, o un forro para que no procree gente ignorante como él.
Un peine para el señor Ángel Mahler o alguien que le diga que la permanente pasó de moda. Un whisky Black Label o Chivas para Coco Sily, así larga de una vez por todas el Añejo Doble V, que te revienta el hígado.
Quiero una programación de televisión digna de ver, y no una parva de pseudo conductores pelotudos, que te provocan cagarlos a puteadas.
Quiero no ponerme tan seria un viernes a la noche, pero es evidente que al no tener nada que hacer, el mejor pasatiempo es la crítica constructiva.
Quiero mi celulitis ortomolecular y no el cerebro lleno de alpiste de las vedetongas del Mercosur.
Los Náufragos escribieron una canción para mí, pero tuvieron que cambiarle la letra por ser anti popular. La original comenzaba así: Quiero gritar lo que quiero, que me desespero por ir a putearte, por ir a cantarte todas mis canciones, que no hablan de vos. Quiero tenerte a mi lado, dejarte en el campo, que moje el rocío, tu pelo y no el mío, saber que me quieres y decirte que no. Porque yo sé que en un lugar del mondongo tendrás, recuerdos de aquel ardor (ardor, ardor, ardor), etc, etc.
Quiero la magia de la memoria, que recuerda lo que se le canta y lo que no lo borra.
Quiero ser menos transparente de lo que soy, y morderme un poco más la lengua a riesgo de morir por mis propios colmillos, ahora que descubrí que soy Serpiente de Madera en el horóscopo chino. No sé,¿las serpientes de madera mueren envenenadas por su propia savia?
Quiero que la sangre llegue al río antes de que se me quede en el ojo. Es más saludable para mi vista, y menos contaminante para el mundo. Soy factor cero positivo, o sea, que ahora entiendo de dónde sale mi pesimismo. Al río le viene bien un poco de mala onda elizabethiana para que no sea siempre tan prístino y cristalino.
Seguimos queriendo a nuestra locura, yo y mi otro yo. Mi otro yo apareció de nuevo, luego de varios días de ostracismo, en demostración del descontento provocado por la vuelta del Caribe. Ella quería quedarse en St Thomas comprando, y yo quería quedarme en St. Maarten tomando sol. Ninguna salió ganando porque las dos estamos en la húmeda Buenos Aires que no es lo mismo que la neblinosa Londres.
Sigo pensando que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, así que quiero otra vez a George Clooney, y hasta que no se entere de que lo andamos buscando, no pararé de nombrarlo. Quiero lanzar la campaña mundial #GeorgeClooneyElizabethiswaitingforyou, hasta que al chabón le caiga la ficha de que su destino es a mi lado.
O sea, quiero que Interpol no lea esto, porque van a venir a arrestarme por acosadora cibernética.
Todo bien George, don´t worry, be happy. No te asustes, peores son los pastores brasileños que están en Telefé. Ellos te sacan el demonio del cuerpo, y yo lo que quiero es todo lo contrario.
Quiero dejar de escribir estupideces en este mismo momento. Uno, dos, tres, ya.
Buenas noches queridos conejos.
Pedimos al Señor que le mande una faringitis a Alejandro Fantino y tenga a bien recluírse en su casa y callarse la boca por un largo tiempo.
Que un alma caritativa le acerque a Luciana Salazar, la pomada Manzan para las hemorroides que le salieron en la boca. Y un guardarail para que no choque con esos dos neumáticos que tiene a modo de tetas, que en cualquier momento explotan.
Un pantalón con forro para Hernán Caire, o un forro para que no procree gente ignorante como él.
Un peine para el señor Ángel Mahler o alguien que le diga que la permanente pasó de moda. Un whisky Black Label o Chivas para Coco Sily, así larga de una vez por todas el Añejo Doble V, que te revienta el hígado.
Quiero una programación de televisión digna de ver, y no una parva de pseudo conductores pelotudos, que te provocan cagarlos a puteadas.
Quiero no ponerme tan seria un viernes a la noche, pero es evidente que al no tener nada que hacer, el mejor pasatiempo es la crítica constructiva.
Quiero mi celulitis ortomolecular y no el cerebro lleno de alpiste de las vedetongas del Mercosur.
Los Náufragos escribieron una canción para mí, pero tuvieron que cambiarle la letra por ser anti popular. La original comenzaba así: Quiero gritar lo que quiero, que me desespero por ir a putearte, por ir a cantarte todas mis canciones, que no hablan de vos. Quiero tenerte a mi lado, dejarte en el campo, que moje el rocío, tu pelo y no el mío, saber que me quieres y decirte que no. Porque yo sé que en un lugar del mondongo tendrás, recuerdos de aquel ardor (ardor, ardor, ardor), etc, etc.
Quiero la magia de la memoria, que recuerda lo que se le canta y lo que no lo borra.
Quiero ser menos transparente de lo que soy, y morderme un poco más la lengua a riesgo de morir por mis propios colmillos, ahora que descubrí que soy Serpiente de Madera en el horóscopo chino. No sé,¿las serpientes de madera mueren envenenadas por su propia savia?
Quiero que la sangre llegue al río antes de que se me quede en el ojo. Es más saludable para mi vista, y menos contaminante para el mundo. Soy factor cero positivo, o sea, que ahora entiendo de dónde sale mi pesimismo. Al río le viene bien un poco de mala onda elizabethiana para que no sea siempre tan prístino y cristalino.
Seguimos queriendo a nuestra locura, yo y mi otro yo. Mi otro yo apareció de nuevo, luego de varios días de ostracismo, en demostración del descontento provocado por la vuelta del Caribe. Ella quería quedarse en St Thomas comprando, y yo quería quedarme en St. Maarten tomando sol. Ninguna salió ganando porque las dos estamos en la húmeda Buenos Aires que no es lo mismo que la neblinosa Londres.
Sigo pensando que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, así que quiero otra vez a George Clooney, y hasta que no se entere de que lo andamos buscando, no pararé de nombrarlo. Quiero lanzar la campaña mundial #GeorgeClooneyElizabethiswaitingforyou, hasta que al chabón le caiga la ficha de que su destino es a mi lado.
O sea, quiero que Interpol no lea esto, porque van a venir a arrestarme por acosadora cibernética.
Todo bien George, don´t worry, be happy. No te asustes, peores son los pastores brasileños que están en Telefé. Ellos te sacan el demonio del cuerpo, y yo lo que quiero es todo lo contrario.
Quiero dejar de escribir estupideces en este mismo momento. Uno, dos, tres, ya.
Buenas noches queridos conejos.