viernes, 21 de junio de 2013

Los 47, entre el cielo y el infierno

Dios existe y se me apareció un 20 de junio.
Qué placer es ir a un cumpleaños y no ser la más vieja, sino estar entre las más jóvenes de la velada!
Se explica de esta manera: de los mayores, yo era la menor, y los jóvenes eran mis sobrinas, con lo cuál de algún modo, yo me podía ubicar entre los más chicos de los grandes. Eso es la gloria!!
Al fin una fiesta en dónde la conversación gira en torno a las medicaciones, enfermedades, psiquiatras, y demás yerbas!Eso es diversión señores!!
Ya no más, ¿dónde hacemos la previa, cuál es el trago de moda, qué te vas a poner esta noche, a qué boliche vamos? Porque las respuestas no me son ajenas! Para nosotros, los de 47/57, la previa es tomarnos la pastilla del colesterol, el Rivotril, la de la presión, alguno tendrá que tomar para la próstata y quizás alguien se clave un Alplax. El boliche es el bar de la esquina en dónde el trago de moda es el café con leche, agua o a lo sumo un Cachamai, y lo que nos vamos a poner, es el pijama para ir a dormir! Pepepepe pepepe pepe pepe...
Hay placer más grande que estar entre tus congéneres y deleitarte pensando que hoy seguramente, vas a conocer síntomas que no sabías que existían, médicos que te van a recomendar por si las moscas, nombres de pastillas que jamás habías escuchado nombrar? Porque vos sos la más chica y todavía tenés mucho que aprender!!
Te sentís contenida porque todos tienen las mismas problemáticas que vos. Los hijos (yo no), los padres, el laburo, el ciático, los anteojos, etc.
Eso es vida!! O es vejez? Para el caso es lo mismo.
Ya no te sentís una extranjera en tu propio país, porque volviste a ser jóven entre los viejos!
Notás que de los caballeros presentes, ninguno tiene ya un 10% de canas y un 90% de color natural, sino todo lo contrario, y en algunos casos, ya no tienen ninguna de las dos, porque no tienen pelo.
Comprobás, extasiada, que el 98% de las mujeres presentes, no tienen cintura, y si la tienen bien que la disimulan. Que todas tienen alguna pata de gallo, y la queja común es: se me cae la papada. 
Y así es como te reconcilias con la vida....ya no sos la única que se hace el harakiri con el lápiz delineador de labios. Somos muchas, y con el tiempo seremos muchas más, porque la vida se ha extendido a límites insospechados.
Y entonces, te vas a dormir feliz, sabiendo que allá afuera, en el mundo exterior, hay miles de pendejas/os a los que el futuro le depara el mismo destino que el tuyo.
Resentida yo? No, proyecto de vieja chota no asumida!!