miércoles, 22 de enero de 2014

Las vereditas de Buenos Aires tienen ese no sé qué

Caerte en las calles de Buenos Aires, tiene ése qué se yo. ¿Viste? No cualquiera cae con gracia, y seguramente no seré la primera en lograrlo.
Esta mañana calcé mis sandalias y me dije: hay un 98% de probabilidades de que hoy me estrole en alguna vereda de Belgrano. Y como soy una chica que hasta que no consigue lo que se propone, no para, lo logré. ¡Sí señores y señoras, pero no es todo mérito mío!
Macriylaremilputaqueteparió es uno de los grandes contribuyentes y el otro, esta moda del orto de las plataformas. ¿A quién carancho se le ocurrió que quedaba buenísimo reflotar la década del 70? ¿Tendrá que ver con esta vuelta nacional y popular? ¿Será que la mayoría de nuestros gobernantes son Vox Dei, Sui Géneris, , La Carpa del Amor, Los gatos, Sandro y los de Fuego y ya que volvimos, volvimos con moda y todo?
¿No fueron suficientes los esguinces sufridos por las minas de ésa época? ¿Acaso nadie se da cuenta que siguen siendo igual de espantosas o más, que en mi niñez? ¿Cuál es la ventaja de parecer más alta por un rato, si cuando te sacás esos mamotretos, seguís siendo la misma enana de 1,58 mts de toda la vida? ¿A quién vamos a engañar? Yo tenía una depiladora, Antonia, que en paz descanse, que me decía a mis tiernos 13 años: m´hija, altos, bajos, ¿qué importa? Si en la cama se acaban las diferencias.
No lo entendí hasta varios años después. Un poco lenta de entendederas venía la nena.(Una genia Antonia, la gallega, que tenía las frases más maravillosas para desasnar adolescentes)
De todos modos sigo pensando, que lo elegante , sexy y que te hace buenas gambas, son los famosos taco aguja y no estos zancos disfrazados de zapatos.
Pero volviendo al tema que nos atañe…Mi caída, si bien lo único que hirió fue mi orgullo, tampoco lo lesionó tanto.
Creo que otro de los factores desencadenantes, y la providencia de no haber quedado mi ego tan maltrecho, fue que en ésa esquina había tres jóvenes adonis, con pinta de forasteros, que estaban uno mejor que el otro. Y yo, que parezco boluda, pero no lo soy, aterricé bien aterrizada a los pies de los tres muchachos. La única cagada, es que George (en mi imginación) Robert Downey Jr. y Johnny Depp,  dijeron al unísono ¿señora está bien? ¡Señora tu abuela querido!
Gracias a D´s, mi reacción fue un poco más decente que lo que se me cruzaba por la cabeza, y me largué a reír, cosa que hizo que los tres relajaran y me ayudaran cuál morsa en barco de pesca, a levantarme. George estiró su mano, a lo que con la testarudez que me caracteriza, primero me negué, hasta que me dí cuenta, que con mi patético estado físico y esas plataformas de mierda, iba a ser muy difícil poder incorporarme. Así que tomé su mano, pero no fue como la Cenicienta, ni La Bella Durmiente, ni ninguna película romántica hollywoodense. No me convertí en flaca.
 Fue más bien, para ellos, la buena acción del día: ayudemos a la vieja que se cayó. Lo que se dice toda una mitzvá (para los neófitos en judaísmo, mitzvá significa justamente eso, buena acción).
Los jóvenes extranjeros, tendrán para contar de su paso por nuestro país, cómo vieron aterrizar un OVFI (objeto vetusto femenino inidentificable) en el medio de la calle.
Por suerte no dejé un círculo y ahí volverán a crecer las baldosas algún día. O eso creo.