miércoles, 25 de marzo de 2020

Diario de una cuarentena

Día 6
Ya estamos medio, por no decir bastante, podridas de Netflix, Fox, Prime, HBO y todas las plataformas habidas y por haber.  Con decirles que ya no nos interesa buscar ninguna peli en la que aparezca George....
Hablando del señor Clooney...¿dónde está? Hace rato que no sabemos nada de él. Si se quedó en su casa del Lago de Como, flaco, quedate ahí, no te queremos ver de lejos y menos de cerca.
Si estuviese en Londres, tampoco. Aunque, si nos hubieses dado bola cuando te lo suplicamos, hoy estarías sano y salvo haciendo cuarentena con nosotras y sin los melli que te caminen por la cabeza.
Ahora jodete.
Esta mañana nos levantamos con toda la intención de hacer un poco de ejercicio. Volvimos a poner en YouTube el video de zumba y arrancamos bien power. Piernas arriba, vamos, para la derecha, luego a la izquierda, ahora el brazo derecho adelante, luego el izquierdo, ahora los dos! Todo al ritmo de Celia Cruz. Bien! Vamos! Arriba! Un, dos, tres y cuatro, cinco, seis. Ahora para atrás, grita el profe en la tele, y ahí vamos nosotras. Lamentablemente atrás, como pedía el tipo, teníamos el tacho de basura. Tropezamos, caímos sobre la mesita de luz, que automáticamente abrió el cajón (cosas de la arquitectura actual) y terminamos tiradas sobre la cama con un dedo fracturado.
No, si el ejercicio físico no es lo nuestro. Ahora tenemos dos dedos pegados con cinta, encuarentenados. No vamos a ir a una guardia ni aunque venga el mismísimo dios a llevarnos.
Bueno, mal ejemplo el de dios...si viene a llevarnos, estamos fritas. Digamos que si viene la mismísima Prefectura. Ahí está mejor. No es cosa de andar llamando a la desgracia...
De tres a cuatro menos cuarto de la tarde, hicimos terapia vía Skype con nuestro psiquiatra, con el que llegamos a la conclusión de que no estamos tan mal como pensábamos, cosa que no nos conviene a ninguno de los dos. Él porque no cobraría más honorarios, nosotras porque qué escribiríamos acá...
Y acá estamos, menos locas de lo que suponíamos, con un dedo quebrado, en medio de la película de ciencia ficción llamada Coronavirus y la Cuarentena, rezando para que las cosas vuelvan a la normalidad. Es decir, estar tan locas como antes.
YOMEQUEDOENCASA (noencontramoselhashtag)