jueves, 24 de junio de 2021

Quereres de punta

 Creímos que se nos habían acabado los quereres, y por suerte comprobamos que no.

Quiero poder decidir sin sentir que toda decisión es la incorrecta.

Quiero saber a dónde fue a parar mi seguridad, porque hoy no me alcanzan las rejas del alma para escapar de la prisión de mi cerebro.

Quiero la fe que perdí ante la primera mentira de amor.

Quiero el sabor del helado de fresa en mi boca, a la amargura de tus palabras.

Quiero saber hacia donde ir en la infinitud de este mundo inhóspito, a no saber cómo volver del más allá.

Quiero un millón de rosas amarillas para sembrar un camino de espinas.

Quiero la fuerza del viento que sopla en este invierno, a la quietud de mis sentimientos.

Quiero susurrarte al oído todas mis mentiras, a que me cuentes tus verdades.

Quiero subir a la Vía Láctea a traerme miles de estrellas deslactosadas.

Quiero el solsticio de invierno para tener más horas de soñarte, al verano húmedo y caluroso de la realidad aciaga.

Quiero beber los taninos de tus labios, a morir envenenada por el mal de amor. 

Quiero mi playa desierta, mi mar quieto a la furia de mi huracán interno.

Y ahora quiero a James Spader que es pelado y con lentes, antes que a George que se cree perfecto.