Y se viene una nueva aventura en solitario. Soysola se va a la Tierra Prometida.
No sabemos mucho qué es lo que nos promete , pero ahí vamos. Cargadas con bizcochitos de grasa, caramelos Sugus y alfajores para nuestra expatriada amiga Patricia, amén de toda la pasta prescrita por nuestro psiquiatra.
Entramos en la etapa pre viaje, en la cuál todas las fantasías habidas y por haber, ya han cruzado por nuestras cabezas. Yo y mis otros yo, no te paramos de pensar boludeces, a saber: seremos acuchilladas por un terrorista en el Muro de los Lamentos mientras le pedimos a dios que nos mande un novio. Nos perderemos en la ciudad vieja, y seremos confundidas con un fósil en las excavaciones. Bajaremos al Santo Sepulcro y quedaremos atrapadas con un judío convertido en goy. Iremos al Mar Muerto y nos subirá la presión por la cantidad de sal que contiene el agua. Sufriremos un infarto en el avión y de sobrevivir, cómo viviremos el resto de nuestras vidas siendo enfermas cardíacas...etc.
Todo esto, ya le fue expresado a nuestro terapeuta, que nos pidió permiso para citarnos en su próximo libro "Pensamientos intrusivos, anticipación al pedo y los efectos nocivos en los lectores de Soysola". Los ejemplares se venderán con una caja de Rivotril sublingual.
Así que henos aquí, mientras miramos los juegos olímpicos, vamos preparando las valijas. Una con ropa, la otra con medicación psiquiátrica.
Como es costumbre, pasaremos a los pedidos del día, y volveremos a unificar nuestras personalidades en una, porque ya sabemos que te somos egoístas y no compartimos.
He aquí los diez mandamientos.
Quiero ser campeona de salto en largo y con una sola zancada llegar de Buenos Aires a Madrid.
Quiero a la Torre de Tandil, para treparme a su cabeza y decirle, sos el mejor, no dejes que nadie te diga lo contrario.
Quiero un falafel sin sal, un shawarma calentito y un Soysolo israelí picante.
Quiero los cuarenta años en el desierto de Moisés antes que el paraíso prometido por Donald Trump.
Quiero sacarme una foto montada en un burro blanco en el Monte de los Olivos y decirte soy la Mesías que vino a salvarte de tu soledad.
Quiero creer en lo que no creo, porque creyendo lo que ya creo, creo que no voy a ninguna parte.
Quiero recorrer el mundo con mis pies, antes que tener el mundo en mis manos.
Quiero ser una siempreviva antes que una hiedra venenosa y llenarte de ronchas cuando te me acerques.
Quiero un asado con la costilla de Adán, antes que otra vez sopa.
Y por último después de una sobredosis de olimpíadas, quiero un Usain Bolt, que todavía puede correr hasta alcanzarme antes que a Shorsh que por más que lo busque, sigue sin encontrarme.
No sabemos mucho qué es lo que nos promete , pero ahí vamos. Cargadas con bizcochitos de grasa, caramelos Sugus y alfajores para nuestra expatriada amiga Patricia, amén de toda la pasta prescrita por nuestro psiquiatra.
Entramos en la etapa pre viaje, en la cuál todas las fantasías habidas y por haber, ya han cruzado por nuestras cabezas. Yo y mis otros yo, no te paramos de pensar boludeces, a saber: seremos acuchilladas por un terrorista en el Muro de los Lamentos mientras le pedimos a dios que nos mande un novio. Nos perderemos en la ciudad vieja, y seremos confundidas con un fósil en las excavaciones. Bajaremos al Santo Sepulcro y quedaremos atrapadas con un judío convertido en goy. Iremos al Mar Muerto y nos subirá la presión por la cantidad de sal que contiene el agua. Sufriremos un infarto en el avión y de sobrevivir, cómo viviremos el resto de nuestras vidas siendo enfermas cardíacas...etc.
Todo esto, ya le fue expresado a nuestro terapeuta, que nos pidió permiso para citarnos en su próximo libro "Pensamientos intrusivos, anticipación al pedo y los efectos nocivos en los lectores de Soysola". Los ejemplares se venderán con una caja de Rivotril sublingual.
Así que henos aquí, mientras miramos los juegos olímpicos, vamos preparando las valijas. Una con ropa, la otra con medicación psiquiátrica.
Como es costumbre, pasaremos a los pedidos del día, y volveremos a unificar nuestras personalidades en una, porque ya sabemos que te somos egoístas y no compartimos.
He aquí los diez mandamientos.
Quiero ser campeona de salto en largo y con una sola zancada llegar de Buenos Aires a Madrid.
Quiero a la Torre de Tandil, para treparme a su cabeza y decirle, sos el mejor, no dejes que nadie te diga lo contrario.
Quiero un falafel sin sal, un shawarma calentito y un Soysolo israelí picante.
Quiero los cuarenta años en el desierto de Moisés antes que el paraíso prometido por Donald Trump.
Quiero sacarme una foto montada en un burro blanco en el Monte de los Olivos y decirte soy la Mesías que vino a salvarte de tu soledad.
Quiero creer en lo que no creo, porque creyendo lo que ya creo, creo que no voy a ninguna parte.
Quiero recorrer el mundo con mis pies, antes que tener el mundo en mis manos.
Quiero ser una siempreviva antes que una hiedra venenosa y llenarte de ronchas cuando te me acerques.
Quiero un asado con la costilla de Adán, antes que otra vez sopa.
Y por último después de una sobredosis de olimpíadas, quiero un Usain Bolt, que todavía puede correr hasta alcanzarme antes que a Shorsh que por más que lo busque, sigue sin encontrarme.