Llegamos al hotel, donde fuimos recibidas por una gran sonrisa y amabilidad, pero también por unas toallas tamaño XS. Son para un standard de 45 kg, cosa que es más que evidente que nosotras no entramos ni en el standard ni en las toallas.
Así que paso siguiente fue darle una propina a la housekeeper para que nos traiga veinte más.
Los primeros días fueron de tour gastronómico con sobrina Petit. Shawarma, falafel, hummus, babaganoush, pescados que jamás habíamos oído nombrar, mariscos, lo que quieras, ahí te lo ponen en la mesa con ochocientos platitos de acompañamiento. A cada cual más rico. Rico y salado.
Para bajar eso caminábamos 12 km diarios, aunque lo más probable es que volvamos a casa rodando.
Todo en Israel es muy caro. Muy caro. Pero muy caro. Lo que nos sobre en kgs se compensará con la delgadez extrema de nuestra billetera.
No solo comimos en Israel. También volvimos a nuestra infancia con la señorita Elena, nuestra maestra de primer grado, que fue como si hubiésemos estado en contacto durante estos últimos 51 años desde que egresamos de su aula. Un reencuentro feliz.
Decidimos con Petit, alquilar un auto e ir a Akko, al norte del país.
Levantamos el auto de la agencia y arrancamos. Arrancamos nosotras que manejábamos, sobrina hacía de copiloto.
Para alguien que aprendió a manejar a los 56, te diremos, que hemos aprobado con un excelente sobresaliente, felicitaciones tiene un 10.
Manejar en Israel, es como tratar de cruzar caminando, Libertador en hora pico con el semáforo roto.
Mucho auto, mucha impaciencia, mucha bocina, mucha velocidad y mucha puteada. O sea, como en casa pero en hebreo.
El israelí no te respeta las señales, las velocidades máximas, los radares de la misma, las reglas básicas de conducción. Te pasa por la derecha aunque vos estés en el carril de la derecha. Para resumir, el israelí no te respeta. Viven a mil y te apuran diciendo yalla, yalla, cuando vos te demorás un segundo.
Suponemos que tiene su lógica, si te ponés en su lugar y no sabés si mañana te cae un misil y te mata. Si vamos a ser honestas, creemos que del otro lado de la frontera debe ser igual…
En conclusión, la analogía sería New York. If I can make it there I’ll make it anywhere. Si manejamos acá, podemos manejar un bulldozer por la General Paz.
Otra cosa que tienen los israelíes es que los días empiezan cuando sale la primera estrella, por ende los festejos del día de la independencia comenzaron alrededor de las 8 de la noche cuando vos, después de haber pateado todo el día, ya no tenés fuerzas para dar un paso más y te perdés lo mejor.
Deberíamos proponerles que todo se abra desde las 20 hs y se duerma de día. Total, que si pudieron sacar agua del desierto, podrían hacer salir el sol de noche para aprovechar la playa.
Ayer tomamos excursión al Mar Muerto. Nos dijeron, 6:40 a.m es la recogida en el hotel. Por supuesto llegaron a las 7. En el camino, nos prometieron una parada para desayunar, pero en el medio cambiaron de opinión, dejándonos a todos famélicos hasta las 9, que arribamos al punto más bajo de la Tierra. Luego nos daríamos cuenta que es una práctica común entre los guías de turismo. Mentir.
Los que habíamos tomado la excursión día de relajación y spa en el Mar Muerto, éramos 4.
¿Vos que suponés si te venden relajación y spa? Bueno, olvidate. Nos tiraron en un parador desértico del lado jordano, y solo nos dijeron, a las 15:20 los venimos a buscar.
De spa no tenía nada, y de relajación menos. Lleno de jordanos aprovechando antes de que llegaran los turistas, y luego lleno de turistas mientras los jordanos hacían asado a la jordana.
A las 9:30 am apareció el “dj “ y puso música al volumen de una rave.
Cuatro canciones que se repetían constantemente. Nosotros le pedíamos por favor que la bajara un toque, y venía un joven de la zona y le decía, algo así como : ehhhh! Subila!, pero en jordano.
Cabe aclarar, que los únicos jóvenes eran ese chico y las tres nenas que lo acompañaban, y luego seguíamos, en orden ascendente, los italianos, la polaca, nosotras, y el resto del turismo geriátrico.
Decidimos que ya que estábamos ahí, probaríamos las delicias de entrar al mar en el que sólo podés flotar por la cantidad de sal existente.
Si pensás que vas a ver un pez, no te olvides que por algo se llama el Mar Muerto. Sólo sal.
Entramos, flotamos cinco minutos, quisimos bajar las piernas para pararnos, y en ese instante comenzó nuestro calvario.
Imposible. Ahí no existe la gravedad, y no podíamos lograr que nuestras piernas siquiera, bajaran unos milímetros. Pensamos, quizás si nos giramos, lo logremos. Error. Empezamos a dar vueltas como pollo al spiedo de tamaño XL.
Comenzamos a desesperarnos, y por supuesto, muy digno pensamiento de vuestra servidora, nos dijimos: vamos a morir en este puto mar como ballena encallada. Al grito de free Willy logramos pararnos, para salir presurosas de esa trampa mortal.
Spoiler alert! Si tenés hemorroides no entres al mar muerto porque el tujes te va a arder de lo lindo.
Nos sentamos con nuestros nuevos amigos a charlar y concluímos entre todos, que ese tour era una porquería. Y todavía nos faltaban 5 horas y media para la recogida. Bien dicho, la agencia nos había re-cogido.
Durante ese tiempo nos hicimos como hermanos, cosa que seguramente con el correr de los días nos olvidemos.
La polaca, después de cinco cervezas, quería que viajáramos juntas. Una divina total.
Llegó nuestro guía a las 15:15 para decirnos, que en vez de a las y 20, saldríamos a las 15:40. ¡Dios por favor no nos tortures más que ninguno le hizo mal a nadie!, pensábamos los cuatro sufrientes.
Subimos al mini bus y tras una hora de viaje, explota un neumático. El chofer, terco como un israelí, decide seguir porque le quedaban cinco ruedas más. Bueno, a los dos minutos ya nos quedaban cuatro, tras el reventón de la segunda. Paramos al costado de la autopista, sin valiza, por lo que explicamos más arriba, de la falta de respeto a las leyes de tránsito y a la vida misma, mientras los bondis nos pasaban rozando a 150 km x hora. Nos encomendamos a Raquel y Enrique y nos pusimos a rezar.
Long story short, 9 de nosotros fuimos rescatados por otro minibus de otra excursión, con un chofer muy malhumorado por haber tenido que cambiar su itinerario inexistente.
No todo son quejas, Israel es un crisol de razas y costumbres únicas en el mundo y los atardeceres en el Mediterráneo son maravillosos.
El 1º de mayo, saldremos con sobrina hacia Eilat y Petra y esperemos tener la mejor experiencia de nuestras vidas.
Soysola = 10 Conductores israelíes = 0