lunes, 23 de noviembre de 2015

Shop in the IUESEI

Últimas horas en Nueva York, como Cristina en la Casa Rosada.
Nos fuimos con la señora como presidente, y volvemos con el Mauri como jefe de gobierno nac y pop. En realidad no volvemos. Todavía seguimos de viaje unos días más. Hay que hacer acopio de fuerzas para los próximos cuatro años.
Y acá andamos...ñuyeorkeando.
Los cinco primeros días acompañadas por unos amigos, y los restantes por nuestra hermana de la vida. Estamos festejando los pre-50 y nuestros 41 años y medio de amistad. Como somos económicas, te juntamos los dos festejos en uno.
La muy guacha llegó para cagarnos al único hombre que nos hablaba en Ñuyork. El portero del hotel.
A nosotras nos veía y muy amablemente nos decía, "buenas noches señora, que descanse". Llegó Frida y el tipo ahí nomás le tiró un : "buenas noches mi reina". No. No tiene un título de nobleza, por si se lo están preguntando. Es Frida a secas. La adoramos, pero es nuestro karma. Tampoco podemos ir a por el conserje porque a él también ya lo sedujo, aunque es gay.
Pero vayamos a lo que nos compete. La Big Apple, la Gran Manzana. O la Big Mac.
Acá nuestro lema es: todo lo que se ve, se come, y todo lo que nos entra, se compra.
Los talles abundan en números insospechados, por ende, nuestras cachas andan felices por las calles de New York. Es como si nuestro universo de pronto se hubiese iluminado, como cuando Dios hizo la luz. Él creó las aguas y el cielo, y también H&M, Macy´s y Banana Republic. Sí señores, nos hemos vuelto creyentes. Somos devotas de San T.J.Maxx, de San Uniqlo de las Nieves, y Santa Diane Von Furstemberg de los Vestidos de Cocktail. Alabado sea Dior!
Así como los talles son extra large, los platos de comida, no lo son menos. Carmine´s es el paraíso del morfi. Con un plato de pastas comen cuatro flacos o dos gordos. Nosotras que somos más de tres, imaginate...
Los subtes. Ya tuvimos nuestro primer encontronazo con la boletera. Nos puteamos mutuamente, ella en un perfecto inglés, y yo en un excelso castellano antigüo. Pero llegamos a destino.
Nos movemos sólo con el subte 6. No te sabemos hacer combinaciones, así que todo lo que sea en línea recta, te conocimos. De Harlem hasta Wall Street sin escalas. Bah, hicimos las escalas para poder decir que conocimos algo de la ciudad y no sólo los túneles subterráneos y sus habitantes, los homeless que duermen parados o los que te miran y te dicen: ¿guat ar iu lukin maderfaker?. Por las dudas vos mirás al piso silbando bajito.
Hoy nos animamos y fuimos hasta Brooklyn. Cruzamos el puente caminando...(nota al constructor: es un poquito largo. Sacando 300 metros está bueno igual, y cansa menos)
Otra cosa. Acá la luz debe ser muy barata...Todo está prendido las 24 hs del día. Ta bueno para instalar el taller con los hornos...Si Tiffany´s tiene toda su fachada llena de lucecitas navideñas, ¿cuántos nos puede salir una horneada?
La única contra , es que estás en el mismísimo centro del universo. Con los ataques del ISIS en París, Nueva York está en alerta y nosotras en el medio.
Queríamos ir a Broadway a ver un musical, y dudamos un par de días, hasta que nos dijimos: má si, si volamos, que sea viendo El Rey León! Y allá fuimos. Meadas de frío y cagadas de miedo. Todos son sospechosos hasta que demuestren lo contrario...ah!¿No era así? Nos palparon, nos revisaron y nos metieron un dedo en el tujes cuando tuvimos que pagar las entradas. Nosotras sospechábamos de dos mujeres con pinta de unabombers, pero Frida nos decía: tienen esa cara porque están cansadas como nosotras! No las prejuzgues! 
Por las dudas nos alejamos, y nos sentamos al lado de un japonés que se la pasó tosiéndonos encima, y haciéndonos pensar si no hubiese sido mejor volar por los aires a morir en una guerra bacteriológica.
En fin, que nuestra estadía en New York, ha tenido de todo un poco. Nos convertimos en Pepinucho Coliflor, caminando todo el día. Hemos llevado nuestro inglés a niveles insospechados de incomprensión lingüistica, comimos sandwiches de pastrami, cupcakes y cheesecakes a reventar. Subimos al Top of The Rock, nos perdimos en Central Park y nos matamos de risa de cualquier cosa. Conocimos museos, pequeños, medianos y grandes y reforzamos nuestra amistad, a pesar de parecernos a los dos viejos gruñones de los Muppets.
Ahora, nos esperan las olas y el viento sucundún, sucundún, y el frío del mar. Miami, allá vamos, en la primera aventura en compañía.





domingo, 15 de noviembre de 2015

Ñu Yor Ñuuu Yor

Jueves 12 de noviembre y diluvia en Buenos Aires. Arriba y abajo.
Nosotras tenemos un avión que tomar. Y si hay algo a lo que le tememos más que a volar, es a volar con tormenta. Rivotril 1.
Pasa Daniel a buscarnos. Como siempre.
Rivotril 2.
Una hora y media en la General Paz, que de paz no tiene nada, para llegar al reputísimo Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Rivotril sublingual 1.
Llueve también en Ezeiza, porque Ezeiza está en Buenos Aires y en Buenos Aires llueve en todos lados. Arriba, abajo, al centro y adentro.
Check in rápido. Primer whatsapp al psiquiatra. ¿Pablo, cuántos miligramos puedo tomar? Silencio en el celular. Va Rivotril sublingual 2, porque nosotras no te tenemos paciencia para esperar a que el psiquiatra termine de atender a otro loco.
Pre-embarco lleno de sospechosos. Porque con casi 2 miligramos de Rivotril y 0,50 de quetiapina todo el mundo parece sospechoso.
Segundo whatsapp al psiquiatra. Pablo, sigue lloviendo mucho.
Cuarenta minutos después cuando ya había parado, responde Pablo: subí, subí que no pasa nada. Te lo juro.
Yo: bueno, intentaré creerte. Rivotril sublingual 3.
Llegan Roxi, Humber y Jero. Jerónimo alucinado porque es la primera vez en su vida que ve a alguien tan drogado.
Subimos al avión. Pasamos por donde se sientan los ricos, y aunque ponemos cara de "tengo pánico y en cualquier momento te armo una escena de terror" no logramos que la azafata con cara de orto se apiade y nos dé un asiento en bussiness. Así que marchamos a nuestro mísero lugar de turista.
Va rezo del viajero, beso a la foto de papá, pedirle que nos cuide, y el último Rivotril de la noche.
Despegamos, o eso creo...bah, evidentemente en algún momento despegamos ,aunque yo no me acuerde. 
Nos despertamos al grito de ¿chicken or pasta? Que vendría a ser lo mismo que el famoso pasta o poio, pero en yanqui.
Pasta decimos. Comemos dos fideos inmundos, y agarramos el Bonobon que venía de postre. Ahí quedó. En nuestra mano, Sólo recordamos haberlo tomado entre los dedos, para evitar que la azafata nos lo sacara mientras dormíamos. Así que dormimos con un bombón en la mano, imágen patética si las hay. Y sí, las hay. Hay evidencias. Humberto tiene la foto.
Aterrizamos en New York. Otra hora de viaje en taxi los cuatro, pero esta vez sin putedas.
Día uno,  aquí estamos, en la Gran Manzana. Hotel en zona pipí cucú, con la única contra de que está demasiado cerca de Saks Fifth Avenue, una de las tiendas más caras. 
Ya te entramos en todos los negocios de la Quinta Avenida, y reforzamos la idea que sí o sí, es Shorsh el hombre que necesitamos. O cualquiera que tenga la misma cantidad de millones que Shorsh. Ahora ya no nos importa cómo se llame. Puede también llamarse Robert, Bradley, Brad, o Angelina. Lo que queremos es alguien que nos garpe un anillito de Tiffany´s. El amor va y viene, los brillantes son para siempre.
Día dos. Ya estamos re cancheras, y nos sentimos como en casa. Vamos y venimos caminando como si hubiésemos vivido acá toda la vida. Cabe aclarar que hay algo que nos facilita la existencia. Todo el mundo habla castellano, y el que no, habla un inglés peor que el nuestro. Acá no hay yanquis, acá somos todos extranjeros. El granero del mundo! Ah! No! Eso se supone que es Argentina.
En casa no te caminamos ni para ir a la verdulería de al lado. Acá, pateamos desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Si así no adelgazamos, y nos baja la glucosa, entonces mátenos con cupcakes.
En lo que va de la estadía, ya te comimos coliflor aunque lo detestamos, usamos el subte, nos cruzamos con homeless locos que gritan y putean,  escuchamos sirenas de bomberos cada dos minutos y medio y conocimos un amigo del Facebook que de casualidad encontramos en la calle. Como en las telenovelas ¿vió?
Mañana será otro día... otro día de seguir mirando tujes turgentes de hombres hermosos. Y como acá la gente anda como se le canta el culo, mañana salimos con un cartel colgando que diga: buscamos novio, millonario, en lo posible judío, y si no lo es, nos da lo mismo, mientras venga con el Tiffany´s debajo del brazo.




sábado, 7 de noviembre de 2015

Brodguei allá vamos

Jelou, jau ar iu? Empezamos a practicar nuestro inglés. Se viene una nueva aventura esta vez no en solitario.
Andamos llegando a la edad madura, y nos vamos de viaje de egresados. Estamos egresando de los 40. Se nos terminan. Todo lo bueno acaba pronto, dicen. No justamente para nosotras, que fue una etapa absolutamente olvidable. Nos dejaron, dejamos, nos dejaron, dejamos y así sucesivamente. Después nos convertimos en Soysola mucho gusto. Para qué andar desilusionando humanos, ¿no?
La gente te dice que los 40 son lo mejor, pero es mentira. ¡Tenés 40! ¡No tenés más 30! O sea, jamás puede ser lo mismo, y mucho menos puede ser mejor.
Pero ¿para qué hablar de los 40 si estamos a punto de entrar en los 50? La década dorada. ¿Dorada para quién? Para el Oscar nomás, que tiene mil años y sigue igual que cuando lo crearon.
Nosotras no estamos igual que cuando nos crearon. Tenemos cincuenta años más, la putamadrequeteremilparió. No es chiste. Son muchos.
Si antes nos costaba conseguir novio, imaginate ahora. Argentina elige, Soysola no tiene opción.
Hace unos años, mal que mal te la rebuscabas. Boliche, pub, playa. Ahora el recorrido de levante es geriátrico, plaza, cementerio.  Y te digo que así y todo está difícil. El que no está casado es gay, y el hetero que te queda, acaba de enviudar o tiene una colostomía.
Por eso ahora hemos decido ampliar horizontes. Vamos en busca de un "senior" yanqui. A lo mejor tenemos suerte. Esos están mejor cuidados. Nosotras no. En las puertas del medio siglo, el culo está más ancho, las tetas por el piso, y el botox está caro. Aunque bastante estóicas resistimos al paso del tiempo. Todavía tenemos todos los dientes.
También estamos abiertas a la posibilidad de que se nos cruce Shorsh en este viaje. Por si está leyéndonos, le avisamos: vamos a estar en Ñuyor y lo esperamos el domingo 15 a las 21 hs en el último piso del Empire States. ¡Ah, no! Esos eran Cary Grant y Débora Kerr y King Kong y Jessica Lange. Bueno, entonces en el subsuelo de Mc Donald´s de Broadway y la 50, cerca del baño porque estamos incontinentes.
E inevitablemente retornamos al número 50. Las bolas de oro. Perdón, bodas, bo-das.
Y bueno...es lo que hay...NADA. Es mejor la nada misma, que la misma nada.
Munidas de Rivotril, Alplax y Quetiazic les decimos: Hasta la vista baby!