Siamo tutti bene, o eso creemos. Perdón que desaparecimos por un tiempo, pero es que no nos alcanzan las manos para hacer 200 tetas, imaginate si todavía tenemos que escribir.
Nuestra vida es una teta. Desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, dale que colar tetas.
El objetivo eran 240. Ya bajamos a 200, y si nos apurás cerramos en 150. El divino del hijo del señor dueño de tutti Li fiocchi, a cada uno que entra al taller, le dice, lei está facciando una installazione de duecenta cuaranta tette. Ya le pedimos que no hable más por las dudas que no lleguemos, o la próxima le metemos una teta en la boca. No la nuestra, porque es muy niño para nuestro gusto.
De tanto colar y lijar, nuestras manos no están para acariciar al famoso morocho, que tampoco es que se digne a aparecer. Nos quedamos pensando si el que predijo la bruja, no sería nuestro Shorsh Clooney. Como ninguno de los dos aparece…
A lo mejor es el señor del restaurante donde solemos comer. Ése que nos dice, ¿oggi cosa mangiamo? Pero es pelado y no le adivinamos el color previo a ser Kojak. Se llama Guido, pronúnciese Güido, y hoy lo dejamos plantado con el pesce que nos iba a hacer.
Mañana seguramente nos va a retar, pero como de todos modos no le entendemos un pomo de lo que nos dice, que nos rete todo lo que quiera.
Una cosa a tener en cuenta en Italia. El italiano, cree que todos entendemos el idioma. Más si le decís, sono de Aryentina, ahhh Aryentina, te contestan, y ahí nomás que se largan la perorata más larga que escuchaste en tu vida, y toda en italiano. Nosotras ante esta situación siempre respondemos con lo único que sabemos: ah, si, io non parlo bene el italiano, ma questa cosa è lo que voglio, perché io ho de bisogno de un cappuccino y questa cosa que non se como si chiama , y me nevado a la mierda.
Así que acá estamos, sin poder aprender italiano ni tampoco intentándolo porque decidimos que estamos demasiado cansadas y viejas. Desde que llegamos, no sabemos porqué pero se nos da más fácil el francés que otro idioma. De jodidas nomás.
Volviendo a Shorsh, queríamos darles una noticia. Ya no estamos tan enamoradas. Ayer lo vimos en un vídeo por Instagram, y tiene demasiados dientes. Mucha funda de porcelana. Podríamos habérselas hecho nosotras ahora que estamos trabajando con porcelana inglesa, y seguro le cobrábamos menos. O no…porque tantos dientes con un bidón de 8 litros no sabemos si alcanza…
Nuestro compañero de taller sigue sin hablarnos, cosa que agradecemos. Lo único molesto es que seguimos sin poder poner música hasta que se va. En cualquier momento le boicoteamos el cristo de flores y farfalles y le ponemos un a teta a modo de clavo.
A domani o a la settimana prossima si sobrevivimos a tanto cansancio.
Nuestra vida es una teta. Desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, dale que colar tetas.
El objetivo eran 240. Ya bajamos a 200, y si nos apurás cerramos en 150. El divino del hijo del señor dueño de tutti Li fiocchi, a cada uno que entra al taller, le dice, lei está facciando una installazione de duecenta cuaranta tette. Ya le pedimos que no hable más por las dudas que no lleguemos, o la próxima le metemos una teta en la boca. No la nuestra, porque es muy niño para nuestro gusto.
De tanto colar y lijar, nuestras manos no están para acariciar al famoso morocho, que tampoco es que se digne a aparecer. Nos quedamos pensando si el que predijo la bruja, no sería nuestro Shorsh Clooney. Como ninguno de los dos aparece…
A lo mejor es el señor del restaurante donde solemos comer. Ése que nos dice, ¿oggi cosa mangiamo? Pero es pelado y no le adivinamos el color previo a ser Kojak. Se llama Guido, pronúnciese Güido, y hoy lo dejamos plantado con el pesce que nos iba a hacer.
Mañana seguramente nos va a retar, pero como de todos modos no le entendemos un pomo de lo que nos dice, que nos rete todo lo que quiera.
Una cosa a tener en cuenta en Italia. El italiano, cree que todos entendemos el idioma. Más si le decís, sono de Aryentina, ahhh Aryentina, te contestan, y ahí nomás que se largan la perorata más larga que escuchaste en tu vida, y toda en italiano. Nosotras ante esta situación siempre respondemos con lo único que sabemos: ah, si, io non parlo bene el italiano, ma questa cosa è lo que voglio, perché io ho de bisogno de un cappuccino y questa cosa que non se como si chiama , y me nevado a la mierda.
Así que acá estamos, sin poder aprender italiano ni tampoco intentándolo porque decidimos que estamos demasiado cansadas y viejas. Desde que llegamos, no sabemos porqué pero se nos da más fácil el francés que otro idioma. De jodidas nomás.
Volviendo a Shorsh, queríamos darles una noticia. Ya no estamos tan enamoradas. Ayer lo vimos en un vídeo por Instagram, y tiene demasiados dientes. Mucha funda de porcelana. Podríamos habérselas hecho nosotras ahora que estamos trabajando con porcelana inglesa, y seguro le cobrábamos menos. O no…porque tantos dientes con un bidón de 8 litros no sabemos si alcanza…
Nuestro compañero de taller sigue sin hablarnos, cosa que agradecemos. Lo único molesto es que seguimos sin poder poner música hasta que se va. En cualquier momento le boicoteamos el cristo de flores y farfalles y le ponemos un a teta a modo de clavo.
A domani o a la settimana prossima si sobrevivimos a tanto cansancio.