lunes, 16 de septiembre de 2013

Brújula por aquí, s'il vous plait


Este año decidí que iba a recorrer París sin mapa. Grave error.
A decir verdad no es que salgo sin mapa, sino que lo tengo en el bolsillo por si las moscas. Las moscas ,vendría a ser, perderse, perderse después, como dice el tango , y la otra acepción de la palabra es, no me queda más remedio que  sacar los anteojos. (Nota al pie: Dr. M.Zas, te estoy puteando un poquito, sólo un poco, por no darme multifocales.)
Si hay algo choto en el mundo, son los franceses, escusé mua por la franqueza, pero decidido: por más que quiero la casa de Rodin, no me quedo a vivir acá ni en pedo.
Ayer, calcé borcegos, y me fui a patear la citè, a ver todo lo que no había visto el año pasado. Enfilé para Des Invalides, y por supuesto a las dos cuadras, ya me había perdido. Andá a preguntarle a Mongo Pichu, ye ne compren pa, que no quiere decir no me compré nada papá. Terminé en la residencia de prefecto de la Ile de la Citè, que por jornadas europeas de patrimonio del gobierno, era casa abierta y le tocaba mostrar donde vivía con su señora esposa. Enchanté madame. Hermoso jardín, hermosos silloncitos franceses, bellas arañas de cristal, pero no era Des Invalides.
(Nota aparte: proponer al gobierno de CFK que haga lo mismo. Boudou, abrí Puerto Madero, CFK, abrí la bóveda.)
Seguí perdiéndome en la ciudad luz, y llegue al Musee Rodin. Ya saben, lo quiero. Entré,miré,salí. Y oh milagro! Les Invalides estaba enfrente! Allí marché con los enfants de la patrie, y casi me meto en la residencia para inválidos en vez de en la tumba de Napoleón.  Vi al muerto, le di mis respetos y seguí para la Tour Eiffel. O eso creía. Porque ya sabemos que yo sin mapa, soy como mono con navaja. Así qué claudiqué y me obligué a mirar ese papel de colores totalmente absurdo para mí. El sentido común y mi vista, me decían que la torre estaba derechito, derechito. ¿Cuándo y en qué momento me fui al carajo? Es todo un misterio. La cuestión es que hora y media  más tarde después de dar vueltas cuál caracol, llegué a la belle tour, por el lado equivocado. O sea, por atrás, lo que significa que para volver a lo que llamo mi casa u hotel, debía caminar 400 cuadras francesas más. Cabe destacar que para esa altura, ya había caminado 5 horas sin parar.
Dios existe y se apareció en el Sena a modo de barquito de paseo. Embarcamos y no moví más el culo hasta que llegué a la pirámide del Louvre.
Hoy, lunes, estoy perdida en algún lugar entre el Pompidou y Le Marais, intentando encontrar a mi hermana  por ósmosis, porque en TODO París no hay un bar con wifi, ni un quiosco que venda tarjetas de teléfono. O sea, sobrinas, si me están leyendo, avísenle a su madre que mañana la espero en la puerta del Carrousel du Louvre, tipo 10 a.m.
Dicho sea de paso, el tiempo tiene la misma cara que un francés cuando le habla a un yanqui. Comme l' ort. Llueve, te cagas de frío, sale el sol, te cagas de calor, vuelve a llover y vos sin paraguas, sale el sol nuevamente y tu pelo no resiste el shock de Cadum.
Así qué hoy, no me quedó más remedio que hacer algo que detesto. Compras.
Para eso se ve que mi brújula anda perfecta.

5 comentarios:

  1. Comme l´ort.
    Ponele.

    Juaaaaaaaaaaaaaaaá!!!
    Geñal

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  2. Q APARATO !!!!!! JAJA...DISFRUTALO !!!!!

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  3. Comme l'ort, comme le tujes, comme le cul. En los sinónimos está el gusto. Cómo me encanta leer tu blog, y cómo me encanta perderme con vos en todos lados. Ahora ya no pienso en ahorrar, sino lisa y llanamente endeudarme y comprarme un pasaje a Italia ya mismo.

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