Y heme aquí sentada, mientras de fondo suena Adele, tomando un english tea de manzanilla y cítricos , no a las five o'clock, pero sí a las cuatro y media, porque sigo siendo argentina y nosotros, ya sabemos, nos cagamos en los horarios.
Por dónde empezar con mi experiencia londinense? Harta de oír hablar francés, llegué acá, creyendo que mi inglés era perrrrrfecto. Tantos años de estudio, y un ex marido angloparlante, deberían haber pagado... Pero no. Resulta que fue guita tirada al pedo y siete años de tu vida malgastados para encontrarte conque no entendés ni siquiera cuando te dicen good morning. Te los quedás mirando como si te estuvieran hablando en Klingon.
Señores, en Inglaterra no hay ingleses. Hay de todo, menos británicos. Musulmanes, hindis, rusos, italianos, franceses, chinos, españoles y toda clase de etnias que jamás habías visto en tu vida. Pero ingleses, ingleses, esos que echamos con el aceite hirviendo, sólo quedan dos. La Reina y Carlitos. Los demás se fueron fusionando, para que cuando vos llegues por primera vez no entiendas nada. Por empezar, mi parada de subte se escribe: Gloucester Road, pero se pronuncia Gloster Roud. ¿Para qué le meten tantas letras en el medio si después no las van a usar? Sólo para joderte y demostrarte que tu inglés aprendido con sangre, sudor y lágrimas desde los 8 a los 27 años, no te sirve de nada.
Pero como siempre, el idioma internacional de señas, te saca de un apuro.
La diferencia entre París y Londres, es que París no pareciera apta para la vida cotidiana. Bellísima, pero no te vi ni una tintorería, ni un maxiquiosco, nada de nada. Londres en cambio, es vivible. Hay de todo. Al lado de cada hotel hay un súper, una lavandería, una costurera, tu kiosquero amigo, casas de cambio, y muchos, pero muchos bares y restaurantes. Una Buenos Aires cualquiera, pero más linda. No más limpia, porque acá todavía hay gente que usa caballos para desplazarse y cada dos pasos hay soretes de equinos. Para aquellos/as con problemas de constipación, aviso, la dieta es el heno y el pasto y sanseacabó tu mambo.
Eso sí, la gente es amable. Más con sus perros que con la gente, pero amables al fin. Para aquellos que no leen Facebook, les cuento brevemente la historia. Voy a cruzar la calle, todavía intentando acostumbrarme a ver de donde mierda vienen los autos, y cuando pongo un pie en el asfalto, escucho: STOP! Venía un coche que casi me pisa. Me doy vuelta y le digo al señor, thank you, a lo que muy amablemente me responde: no se lo decía a usted, le hablaba a mi perro. Le respondo: bueno, su perro, yo, somos todo lo mismo.(Ahora sí creo en la famosa historia de las dos señoras en N.Y. )
Londres es enorme. Tan grande que me decidí a usar el subte. Siiiii, tuve que venirme hasta acá para aprender! Lo que es mejor, podría quedarme a vivir en el subte, como Tom Hanks en el aeropuerto. Acá sí es imposible perderse en el Underground. Caminando me pierdo todos los días, con lo cual el subte me salvó la vida. Amo el metro londinense! Lo tomo aún cuando no necesito! Me compré la SUBE inglesa, y soy la mujer más feliz del mundo. Mirá con tan poco que me conformo, y ni siquiera así consigo novio...hasta hoy. Paso a relatar. Esta mañana, calcé botas, camperita, y me fui a pasear por Kensington Gardens para intentar ver la Serpentine Gallery, que resulto estar cerrada. Kensington Palace vendría a ser la casa de difunta Lady Di. Iba a entrar pero cuando vi el precio de la entrada, decidí que la monarquía no necesitaba mis patacones. Así qué me fui a caminar por lo que vendría a ser el jardincito del lugar. El tamaño, es tres veces nuestro bienamado lago de Palermo y anexos, con fauna de todo tipo, patos, gansos, cisnes, palomas, pajaritos, liebres y ardillas (estas últimas son ratas con colas más lindas). Así qué tras dos horas y media de caminata, completamente perdida, y descubriendo que no sólo estoy mayor, sino que en un calamitoso estado físico,clamaba a gritos por salir de ahí. No te camino en Buenos Aires, ¿por qué te voy a caminar acá? No vine a hacer deporte, vine a europeizarme un poco. A lo lejos vislumbro una salida con un previo lugar de descanso a donde reposar mi cansado tujes y ver el mapa. Me siento y se me sienta al lado un señor y me dice :¿qué tal sus vacaciones?¿Lindas? Yes, contesto yo, muy modosita. Para hacerla corta, el fulano era español, que vivía ahí,tenía, ponele, 235 años ,y su único interés era el fútbol. Abona y reafirma la teoría de que a mi solo se me acercan los viejos. Tras 5 minutos hablando del Chelsea, la Bruja Verón y Crespo, me despedí amablemente y partí hacia Nottingh Hill a ver si encontraba a Hugh Grant, pero mi descompostura estomacal, impidió nuestro encuentro y me volví al apart hotel.
Dicho sea de paso, anteayer se rompió mi cama (ya la arreglaron), y están reformando la entrada, por lo que lo recomendaría, pero para el día que lo terminen de decorar.
Ayer, día hermoso, caminé y subteé desde las 9.30 hasta las 18 hs, así que mi malestar hoy es bienvenido para descansar un poco.
Me voy despidiendo por el momento, no sin antes contarles, que solucioné mi problema habitacional y laboral. Me quedo a vivir en las Tiendas Harrods. Ése es mi lugar en el mundo, no Colonia del Sacramento.Dejémonos de joder! ¿Quién quiere cerámica, cuando existe Harrods?
Bye darlings, hasta la próxima entrada!
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