27 de febrero
20 hs pasa Daniel a buscarme. Antes de cerrar la puerta de casa, va al buche el segundo Rivotril del día.
Daniel, está nublado otra vez!
No, sólo un poco, arriba el cielo está celeste.
Ok, vamos.
Av.General Paz, 20:40 hs, Daniel, eso es niebla?
No sé, si querés te digo que sí.
No, quiero que me digas que no se va a mover el avión.
21:30hs check in listo, por máquina inteligente y por gente estúpida.
21:54, whatsapp a psiquiatra.
Pablo, 23:10 embarco, a qué hora me tomó el Quetiazic? Y me puedo meter un sublingual?
21:55, otro whatsapp a psiquiatra. A las 8 tomé el otro Rivo.
Silencio en el whatsapp.
21:59, ya está, ya me metí un sublingual.
21:59:10 segundos, llamada entrante de psiquiatra. Elizabeth! (Riéndose) sos fatal, no me diste tiempo a responder! Escribílo en tu blog!
Sigo sentada en sala de preembarque con 350 gramos de droga en mi cuerpo, y ningún síntoma de psicodelia. Todo sigue tan gris como hasta entonces.
Llegan Mario Pergolini y familia. ¿Pensamiento repentino y absolutista de la mina? Si está Pergolini con la flia, el avión no se puede caer. No veo los titulares del diario diciendo: "Pergolini:Terrible drama. Cayó avión que iba hacia Miami y pereció toda la familia. El país llora la pérdida del tipo que cambió la manera de hacer radio"
Si estuviera solo, bue, a lo mejor tenemos la mala leche, ¿pero yendo en viaje familiar? Naaaaa, me quedo tranquila.
Llamada a nave 23:10 en punto. Eso tienen los yanquis, te son puntuales, puntuales.
Subimos. Primero entran los súper ricos con M.P a la cabeza, luego los ricos después los de clase media, y al final nos toca a los pobres. Es una cagada. Te sentís como una rata miserable, y bajás la cabeza al pasar por primera, business, economy superior hasta llegar a tu asientito de mierda, chiquito y apretado de tarifa barata.
¿Primer pensamiento de resentida? Si el avión se cae, ellos se mueren primero porque cae de punta. Que se jodan.
Me calzo almohadita, antifaz, tapones en los oídos y placa antibruxismo. Me doy cuenta que no recé la oración del viajero. Como no me la sé de memoria, la tengo que leer. Así que me saco antifaz y leo varias veces, por las dudas, no sea que justo Dios esté distraído y no me haya escuchado.
Me encomiendo a Buda y me tapo nuevamente los ojos. Empieza el carreteo por la pista. ¿Cuánto carajo puede tardar un avión para despegar? ¡No terminábamos nunca de pasear por Ezeiza!
Finalmente el avión empieza a subir y me digo: bueno, ya está. Si me muero, me muero. Y después no recuerdo nada, hasta las 3:30 a.m que me despierta un crío llorón, que no paró hasta que llegamos a Miami.
Mientras intentamos dormir, hay que buscar soluciones a este problema. ¿Única posible? Mandamos un avión paralelo con las criaturas y niñeras para todos, así a mi me dejan de joder.
No me volví a dormir y por si alguno no lo recuerda, tenía mucha pero mucha pasta encima. Aprovechemos el tiempo. Nota mental para Macri o la Presidenta. Desde Buenos Aires hasta Cuba, el camino estaba muy poceado. Mucho pavimento roto, mucho adoquín. Hagan algo muchachos, que éste es el vuelo que más toman los argentinos.
Desde Cuba hasta Miami, una seda, no se movió nada. No sé si es gestión de Obama o de Castro, ahora que se están acercando de a poquito. Van allanando el camino, capisce?
Lo bueno de estar tan empastillada, es que te chupa un huevo que el avión se mueva tanto y tenés el tercer ojo abierto a para pensar más boludeces.
Aterrizamos en el país de Danny de Vito, al que es más posible que conozca, que a George Clooney.
6:30 a.m.....¿¡ A quién se le ocurre!? Hay que hacer aduana. En eso somos iguales, una lentitud exasperante. Y te enterás además de las internas de los trabajadores del aeropuerto. No registrando en absoluto que el avión venía cargado de gente hispano parlante, un centroamericano le dice a otro, con respecto a compañeros aeroportuarios negros: les dan más trabajo, les pagan más y todavía se quejan!
O sea, en todos lados se cuecen habas.
Tomo shuttle ídem al francés, pero en vez de hindú, me viene portorriqueño. Desde qué pisé la tierra prometida, no hablé ni una palabra en inglés.
Pero antes, el camino del aeropuerto al hotel. ¡Quéjate de la Gral Paz o del puente Pueyrredon! Cinco millones de autos por centímetro cuadrado a las 7 de la mañana. ¿Para qué se levantan tan temprano? Me ponen nerviosa.
Mucho aire acondicionado en todos lados, a pesar de los 16 grados y un día asqueroso. Nacieron con el aire acondicionado debajo del brazo. Y bueno, algunos vienen con el pan, otros con el mate y estos con la calor.
¿Esto era Miaaami chico? Una porquería. Todo autopista con paredón y palmeras por detrás. ¡¡No hay villas!! O las que hay se parecen más al country Los Lagartos que a la 31. Nadie te salta al auto para limpiarte el vidrio y pedirte la monedita loco.
Lo que se dice toda una inmundicia de pulcritud. Es como Nordelta, pero más grande.
Conclusión, ya fui al shopping, perdí un pulóver, un pendejo israelí con tal de venderme cremas, me apoyaba (y yo me dejaba). El hombre más joven y buen mozo con el que hablé, se llama Charlie es haitiano y es el fercho del hotel. Todavía no vi ni la playa ni la parte "linda".Y me vine hasta tan lejos para todavía no haberme cruzado con un puto yanqui.
Próxima parada, el camarote del barco.
20 hs pasa Daniel a buscarme. Antes de cerrar la puerta de casa, va al buche el segundo Rivotril del día.
Daniel, está nublado otra vez!
No, sólo un poco, arriba el cielo está celeste.
Ok, vamos.
Av.General Paz, 20:40 hs, Daniel, eso es niebla?
No sé, si querés te digo que sí.
No, quiero que me digas que no se va a mover el avión.
21:30hs check in listo, por máquina inteligente y por gente estúpida.
21:54, whatsapp a psiquiatra.
Pablo, 23:10 embarco, a qué hora me tomó el Quetiazic? Y me puedo meter un sublingual?
21:55, otro whatsapp a psiquiatra. A las 8 tomé el otro Rivo.
Silencio en el whatsapp.
21:59, ya está, ya me metí un sublingual.
21:59:10 segundos, llamada entrante de psiquiatra. Elizabeth! (Riéndose) sos fatal, no me diste tiempo a responder! Escribílo en tu blog!
Sigo sentada en sala de preembarque con 350 gramos de droga en mi cuerpo, y ningún síntoma de psicodelia. Todo sigue tan gris como hasta entonces.
Llegan Mario Pergolini y familia. ¿Pensamiento repentino y absolutista de la mina? Si está Pergolini con la flia, el avión no se puede caer. No veo los titulares del diario diciendo: "Pergolini:Terrible drama. Cayó avión que iba hacia Miami y pereció toda la familia. El país llora la pérdida del tipo que cambió la manera de hacer radio"
Si estuviera solo, bue, a lo mejor tenemos la mala leche, ¿pero yendo en viaje familiar? Naaaaa, me quedo tranquila.
Llamada a nave 23:10 en punto. Eso tienen los yanquis, te son puntuales, puntuales.
Subimos. Primero entran los súper ricos con M.P a la cabeza, luego los ricos después los de clase media, y al final nos toca a los pobres. Es una cagada. Te sentís como una rata miserable, y bajás la cabeza al pasar por primera, business, economy superior hasta llegar a tu asientito de mierda, chiquito y apretado de tarifa barata.
¿Primer pensamiento de resentida? Si el avión se cae, ellos se mueren primero porque cae de punta. Que se jodan.
Me calzo almohadita, antifaz, tapones en los oídos y placa antibruxismo. Me doy cuenta que no recé la oración del viajero. Como no me la sé de memoria, la tengo que leer. Así que me saco antifaz y leo varias veces, por las dudas, no sea que justo Dios esté distraído y no me haya escuchado.
Me encomiendo a Buda y me tapo nuevamente los ojos. Empieza el carreteo por la pista. ¿Cuánto carajo puede tardar un avión para despegar? ¡No terminábamos nunca de pasear por Ezeiza!
Finalmente el avión empieza a subir y me digo: bueno, ya está. Si me muero, me muero. Y después no recuerdo nada, hasta las 3:30 a.m que me despierta un crío llorón, que no paró hasta que llegamos a Miami.
Mientras intentamos dormir, hay que buscar soluciones a este problema. ¿Única posible? Mandamos un avión paralelo con las criaturas y niñeras para todos, así a mi me dejan de joder.
No me volví a dormir y por si alguno no lo recuerda, tenía mucha pero mucha pasta encima. Aprovechemos el tiempo. Nota mental para Macri o la Presidenta. Desde Buenos Aires hasta Cuba, el camino estaba muy poceado. Mucho pavimento roto, mucho adoquín. Hagan algo muchachos, que éste es el vuelo que más toman los argentinos.
Desde Cuba hasta Miami, una seda, no se movió nada. No sé si es gestión de Obama o de Castro, ahora que se están acercando de a poquito. Van allanando el camino, capisce?
Lo bueno de estar tan empastillada, es que te chupa un huevo que el avión se mueva tanto y tenés el tercer ojo abierto a para pensar más boludeces.
Aterrizamos en el país de Danny de Vito, al que es más posible que conozca, que a George Clooney.
6:30 a.m.....¿¡ A quién se le ocurre!? Hay que hacer aduana. En eso somos iguales, una lentitud exasperante. Y te enterás además de las internas de los trabajadores del aeropuerto. No registrando en absoluto que el avión venía cargado de gente hispano parlante, un centroamericano le dice a otro, con respecto a compañeros aeroportuarios negros: les dan más trabajo, les pagan más y todavía se quejan!
O sea, en todos lados se cuecen habas.
Tomo shuttle ídem al francés, pero en vez de hindú, me viene portorriqueño. Desde qué pisé la tierra prometida, no hablé ni una palabra en inglés.
Pero antes, el camino del aeropuerto al hotel. ¡Quéjate de la Gral Paz o del puente Pueyrredon! Cinco millones de autos por centímetro cuadrado a las 7 de la mañana. ¿Para qué se levantan tan temprano? Me ponen nerviosa.
Mucho aire acondicionado en todos lados, a pesar de los 16 grados y un día asqueroso. Nacieron con el aire acondicionado debajo del brazo. Y bueno, algunos vienen con el pan, otros con el mate y estos con la calor.
¿Esto era Miaaami chico? Una porquería. Todo autopista con paredón y palmeras por detrás. ¡¡No hay villas!! O las que hay se parecen más al country Los Lagartos que a la 31. Nadie te salta al auto para limpiarte el vidrio y pedirte la monedita loco.
Lo que se dice toda una inmundicia de pulcritud. Es como Nordelta, pero más grande.
Conclusión, ya fui al shopping, perdí un pulóver, un pendejo israelí con tal de venderme cremas, me apoyaba (y yo me dejaba). El hombre más joven y buen mozo con el que hablé, se llama Charlie es haitiano y es el fercho del hotel. Todavía no vi ni la playa ni la parte "linda".Y me vine hasta tan lejos para todavía no haberme cruzado con un puto yanqui.
Próxima parada, el camarote del barco.