sábado, 30 de agosto de 2014

Salen unas fritas a la Provenzal

Como Marsella nos recuerda a La Boca, el Riachuelo y el Once todo junto, decidimos recorrer la Provence, de punta a punta. Nos fuimos a Avignon a bailar y cantar en el puente, pero no a coser ni a lavar como las lavanderas, porque no te lavamos en casa, menos te vamos a lavar en el Ródano. Nos fuimos a visitar el Palacio de los Papas, y puteamos un poco al Benedicto XII y al Clemente VI, que mandaron a construir un palacio lleno de escaleras. Igual, te digo, que al lado del Vaticano, esta es la casa del mayordomo. Se ve que los Papas siguientes prefirieron estar un poco más cómodos y cerca de Via Condotti, donde podían acceder más fácilmente a los baúles Louis Vuitton.
Queríamos ir a ver los famosos campos de lavandas, pero ya los habían decapitado en julio, ahora que está de moda la decapitación.
Después pasamos por Aix en Provence, lindo, muy lindo, pero tiene una onda Palermo Soho. De toda casa antigua hicieron un local comercial. Nos perdimos un poco, porque a esta altura del viaje, largamos los mapas. Ocupan lugar al pedo.
Como queríamos un poco de cultura, decidimos tomarnos el bondi número cinco e ir hasta el tallercito que tenía Paul Cezanne. Los franceses no sólo tienen un problema con el olfato, sino también con los cálculos matemáticos. Cuando preguntás si queda muy lejos, te dicen, no, es acá nomás, tendrá unos diez minutos de autobús y después dos minutos más a pie. Cosa que se traduce en : subirnos al bus, y resulta que nuestra parada era la última, o sea unos veinte minutos en bondi, y tres segundos a pie, con el consecuente: ¡me moiro, a dónde fuimos a parar, nos pasamos y ahora no vamos a poder volver NUNCA más a casa! O en su defecto pueden decirte, es acá nomás, a doscientos metros, y ponernos a caminar lo más campantes, pensando que en cinco minutos a pata llegamos, con la resultante de caminar por media hora, para llegar a la puerta del museo y que encima sea arriba de una colina.
Nos imbuímos en el espíritu de Cezanne y respiramos el mismo aire que él, que murió de pulmonía, para darnos cuenta que nosotras, de artistas, no tenemos nada.
Así que para reforzar la idea, al día siguiente nos fuimos a Arles, a ver a nuestro ídolo Van Gogh. La oreja no la encontramos porque el tipo en realidad pintaba en las afueras de la ciudad. Y con la experiencia previa, no quisimos arriesgarnos al acá nomás de los francesesasí que tuvimos que conformarnos con ver una fundación medio trucha, con un par de cuadritos de Vincent, que no por cuadritos dejaban de ser Vangoghcitos.
Ya que estábamos en el lugar, marchamos hacia las Arenas, donde luchaban los gladiadores. Otra vez mucha escalera, mucho escalón alto de piedra, mucho piso desnivelado, y nos dijimos: todo muy lindo, pero de ahora en más, antes de pagar, preguntamos: ¿hay que subir para ver lo bueno? Si la respuesta es sí, entonces preferimos ser brutas antes que seguir perdiendo salud.
Hoy, partimos hacia Cassis, lugar recomendado por las amigas María y Victoria. Previo, ya que nos andaban criticando por nuestra falta de femineidad, y salir en todas las fotos a cara lavada, por consejo de la amiga Corita, nos dijimos: estamos en La Francia ché, a ver si nos compramos algo digno de fotografiar. Y ahí fue que adquirimos un bellísimo par de anteojos de sol y un sombrerete, y nos pusimos un poco de rouge, para parecer al menos una mujer con sus otros yos. Divinos los Burberry´s, pero no vemos un carajo sin aumento.
Ya casi al final de este larguísimo e interminable viaje, empezamos a entender algunas palabras en francés, que no utilizaremos jamás, y que olvidaremos la próxima vez que vengamos para estos lares.
Por ejemplo: calanques, son acantilados, o eso creemos, por lo que vimos. Jusque es hasta, palabra que estuvimos usando mal durante todo el viaje. A todo le ponemos un voudrai por las dudas, y aprendimos que los encornetes no son cuernos que te ponen sino que son calamares tipo rabas. Boir no es ver, sino beber. Antes nos los quedábamos mirando unos minutos cuando nos preguntaban :¿Pour boire? casi al borde de contestarles, ¿qué querés que mire?¿No ves que ya te estoy mirando? Plat no es plato, sino sin gas, y cuillère no tiene nada que ver con culear, sino que es una cuchara. ¿Cuántas veces a lo largo de estos dos meses y medio necesitamos una cucharita y sólo podíamos hacer el gesto de revolver para que nos entendieran? Y un sac es una bolsa y no un saco. ¿Voulez vous un sac? Y nuestra reacción automática era mirarnos a ver si teníamos puesto un saquito, ante la mirada desconcertada de la señora cajera del supermercado.
Pero nos vamos aprendiendo otras cosas más fundamentales: cómo cagarnos en los demás, y empezar a comportarnos como europeos (justamente es cagarse en los demás).
Ahora partiremos a París, como la boluda de Manuelita, que finalmente y como todos saben, se vino sólo a hacer unas cirugías estéticas, para volver arrugadísima a Pehuajó porque el botox dura poco.
Vamos dejando atrás a Musulmania/Marsella, con sus mujeres tapadas de pies a cabeza, hombres que sólo juegan a la raspadita, y la música árabe en el Vieux Port todos los santos días que ya nos taladra el cerebro.
Si el nuevo grupo islámico EI, pretende conquistar Europa de los infieles, buen trabajo han hecho en Francia ya.
Queremos no oír hablar en francés por un buen tiempo. Al que dijo que era el idioma del amor, lo invitamos a que venga al sur de Francia, y después nos cuente si no le gritaron por lo menos una vez al día en la calle.
Queremos un nuevo viaje a una planicie donde no haya que subir ni siquiera un montículo de tierra.
Queremos nuestra cama, nuestros toallones y más que nada, nuestro amado jabón que lava.
Queremos más a los que siempre quisimos, y también nos queremos un poco más a nosotras mismas. A los que no quisimos nunca, seguimos sin quererlos.
Este es el último viaje de mis otras yos, que se están enterando en este momento que fueron despedidas.
Queremos un mundo libre de fanatismos y la evolución a la involución.
Queremos el color turquesa del Mediterráneo y ser Joan Manuel Serrat para decir: ay, si un día para mi mal, viene a buscarme la parca, empujad al mar mi barca, con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas, y a mi enterradme sin duelo, entre la playa y el cielo(…) cerca del mar, porque yo, nací en el Río de la Plata.


lunes, 25 de agosto de 2014

Marsella, la capital de Musulmania. O desaprendiendo geografía con Soysola

Y finalmente nos ganamos bien ganada nuestra libertad condicional. Nos fuimos de Vallauris, pero seguimos en Francia. Ya estamos empezando a tenerle un poquito de fastidio a los monsieures y madames, con perdón de los amigos francoargentolatinoamericanos.
Así como el otro día habíamos decidido que ya no sabíamos hablar el idioma, hoy a fuerza de no tener más remedio, nos largamos como si fuésemos no foráneas.
Ya anoche, para pedir un taxi, tuvimos que hacernos entender por teléfono. Acá no había lenguaje de señas que valga. ¿Parlez vous anglais? No, fue la respuesta del otro lado. D´accord y ahí nomás arreglamos horario y lugar por donde nos pasaba a buscar.
Salimos tempranito de la ville, así teníamos tiempo de bajar y subir las escaleras, hacia el andén, con nuestros 800 kgs de exceso de equipaje y panza. Conste que una semana antes, mandamos 2 (dos) cajas con un total de 30 kg, entre materiales, libros y ropa usada. Lo que comúnmente para la aduana se llaman "efectos personales"si logramos convencer al aduanero. Nosotras para reforzar la idea, pusimos un toallón sucio arriba de todo.
Nos fuimos a Cannes, y de ahí, cambio de formación hasta la ville de la mer. Lo oís llegar, chucu-chu, chucu-chu, el Intercity número 16438 con destino a St. Raphaël, Toulon, y Marsella. Eso, señores, es un tren directo en la France. Nosotras chochas…hasta que se abren las puertas, y vemos los cuatro escalones cuatro, a cincuenta centímetros del piso, los cuales tenemos que subir con senda valija y bolso. Decidido, cuando llegamos a BA, urgente clases de yoga y estiramiento. ¿Cómo hacemos?¿Subimos nosotras primero y vamos tironeando de la manija de la valija reventando las rueditas de la Samsonite?¿Hacemos a la una a las dos y a las tres y tiramos el bolso como bola de bowling, o trepamos primero y agarramos el bolso después? Todo una cuestión, que en tres años de viajando sola con soysola, no hemos logrado dilucidar. Por supuesto en cada una de estas incursiones de los indios ranqueles, nos decimos: es el último año que traigo tanta ropa! La próxima, dos bombachas, dos remeras, un saquito y dos pantalones. Y zapatos, nada! Sólo vendremos con los puestos, si no es que venimos descalzas! Bah, esto último es una utopía, porque descalza en el sur de Francia, te arriesgas al pie de atleta como mínimo, y como máximo a contagiarte de hepatitis ABCD, por pisar el meo y los escupitajos de los señores habitantes de la Costa Azul y Provence.
Se hace un llamado a los señores/as médicos/as que quieran venir a hacer una investigación científica sobre la costumbre de estos lares, de andar aclarándose la garganta a los gargajos limpios (limpios es un decir) y largarlos a modo de flema inmunda, al lado de los pies de los transeúntes desprevenidos (en este caso, nosotras)
Como siempre que llegamos a un lugar nuevo, nos perdemos. No importa que miremos puntos de referencia, igual a los dos minutos el Alzheimer no nos los deja recordar. A veces les sacamos fotos para no olvidarnos, pero cuando las vemos, nos preguntamos ¿dónde carajo quedaba esto? Por eso, para empezar, nos tomamos un taxi. El señor, un árabe bastante rústico, que nos hablaba en no sé qué, y lo único que le entendimos es "iala, iala". O su traducción, vamos gorda, apurate.
Desmitifiquemos la Côte D´Azur. Todo es muy bello la primera vez que venís. La segunda ya empezás a verle todo lo malo. Dejemos de quejarnos de nuestra maravillosa Argentina, y vayámonos todos a vivir a Punta del Este que esas sí son playas!
Por ahora no nos perdimos mucho en Marsella, porque solamente nos animamos a la caminata obligada por el puerto, Vieux Port, y a las Galerías Lafayette, a comprar una valija que no me haga sacar músculos como los de Sylvester Stallone en Rambo CCCXXII.
Mañana iremos a ver al Conde de Montecristo, que si llega a estar, lo más probable es que nos peguemos un jabón de aquellos. Y hablando de jabones, llegamos a la conclusión de que los hacen de cera. Siguen sin lavar.
Nos queda toda una semana de aventuras en la ciudad de la mafia marsellesa, en dónde todo el mundo nos recomienda no salir de noche, cosa que no cumpliremos, seguramente.
Y sí, fue acá nomás donde se inventó La Marsellesa. ¿Originales, no? Ya nos la vamos a aprender de memoria para cantarla en contraposición a la Marcha Peronista.
Soysolaporelmundo ya ha decidido que en próximos viajes, se deshará sin miramientos de ningún tipo y factor, del resto de sus otros yos. No la ayudan con el equipaje, ni tampoco a pensar en otro idioma. Todo lo contrario, sólo le piden pain au chocolat y la hacen gastar guita al pedo.
A bientôt, o a maltôt!! (que vendría a ser lo mismo)

jueves, 21 de agosto de 2014

Vamos que venimos

Después de varias idas y vueltas, como ya casi todos saben, he decidido, no sin antes consultar con mis otros yos, cancelar la exposición. Y bueno, de tanto ver cosas de Picasso, tanto bovino y tanta España, había que tomar el toro por las astas y lo hice sin dudar. Nomiarrepiento de nada nomeiarrepiento.
Todo concluye al fin, nada puede escapar, pero yo sí. Y lo hice a tiempo. Vengo a ser la Houdini de la cerámica. Siempre y cuando no termine como él, pero en vez de ahogada en agua, en esmalte de alta temperatura. Mucho más caro y algo tóxico. O sea que lo de morir ahogada sería lo de menos, porque antes moriría intoxicada y pobre.
Pero bueno, como dice un amigo nuevo ¡a dar vuelta la página! Y así lo hemos hecho. Yo, mi otro yo, el otro yo de mi otro yo, y la nueva Soysola que descubrimos que tenemos adentro. Una con mucha paciencia hasta que la pierde, pero la pierde con aplomo y cordura. Porque si éramos pocas, parió la abuela. Soysolaygrande. Grande en todos los sentidos. En madurez, en edad, y en tamaño fundamentalmente. Esto último, gracias a los franceses y su puta patisserie.
Francia.
Hasta este fallida experiencia, creíamos que amábamos Francia y a los enfants de la Patrie. Pero con decirte que hoy, en el tren, nos cruzamos con un grupo de brasileños y los quisimos más que nunca, significa que algo huele mal en Dinamarca. Nunca olí a los daneses, pero no creo que sea peor que lo de acá. Hazte la fama y échate a dormir, dicen.
Soysolaygrande y toda la prole se fueron a pasear y a disfrutar de lo que queda del viaje. Al principio fuimos a los lugares ya conocidos. Cannes, Antibes, Golfe Juan, Niza, como para ir despuntando el vicio. Pero nos aburrimos. Cannes es la Bristol a principios de enero. Antibes, un San Telmo con Puerto Madero. Golfe Juan, vendría a ser Miramar mezclado con el Riachuelo, y Niza, Constitución con playa.
Así que hoy decidimos incursionar un poco más lejos y nos fuimos casi hasta la frontera con Italia. Menton. Que no tiene nada que ver con César Banana Pueyrredón (chiste malo y obligado). Hasta ahora, va puntero en la lista de posibles lugares de retiro jubilatorio. Estás en Francia, lejos de los franceses. No estás en Italia, pero podés estarlo en cualquier momento y comprarte zapatos italianos. De vecinos tenés a los monegascos y a los Alpes. No joden para nada. Los primeros porque viven en una burbuja de pedo, y los segundos porque son montañas que no van a ningún lado. Si no fueron a Mahoma, imaginate si te van a ir a vos.
Las playas francesas. Pura piedra. Tenés para empezar una intifada. No vamos a entrar en terrenos políticos, pero te digo que si a nosotras nos tirás con una piedra del Mediterráneo, no sabemos con qué somos capaces de responderte. Los tamaños varían desde el medio grande, hasta el grandísimo. Podrías construír otro Macchu Picchu, y te sobra para jugar a la payana con los dinosaurios.
El tema de irte a pasear a otros pueblos, es el tener que volver a Vallauris. Que salís de acá, salís. Ahora ¿cómo hacés para volver? Cual Cenicienta sin zapato antes de las 20.30 hs. Hasta ahí tenés bondi. Después, arriesgate a volverte a pata por las rutas de Grace Kelly. Acá son todos Reutemann en el circuito de Monza. Corren como si tuviesen algo que hacer. ¡Loco estás en la Costa Azul!¡Acá nadie labura, ¿qué tanto apuro? La mitad son multimillonarios, la otra mitad son desocupados que se rascan el tujes sentados en el bar de la esquina jugando a la raspadita.
Hemos descubierto otra cosa sobre el aroma o la falta de él. No es privativo de los caballeros. Ayer se nos sentó al lado, en la parada del colectivo, una bella jóven de unos veintipocos años, leyendo a Michel Foucault. La chica en cuestión, tenía la filosofía del no desodorante. Queríamos preguntarle el motivo de la negación a oler bien, pero decidimos que preferíamos seguir conteniendo la respiración hasta morir, antes que abrir la boca y explotar como los sapos cuando tragan humo.
Ya nos vamos de la villa en pocos días, pero seguiremos por la Galia. Descubriremos si los marselleses escribieron la Marseillaise y si todavía está Montecristo en la isla de If.
A tout a l´heure o a tout olor!


sábado, 16 de agosto de 2014

Buenos vecinos

Ya falta poco, y cada día menos para mudarnos de barrio. Se viene el big opening big, si es que no cancelamos, y gracias a dios marcharemos para otros rumbos. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, y esta fue una. Medio fulera pero de todo se aprende.
Si bien hicimos, siempre las tres juntas, una acuarela del barrio, corresponde que hagamos un cuadro al óleo como para pintar de cuerpo entero la villa.
Bien llamada la villa. Mugre y caca de perro por todos lados, amén de los escupitajos que te tiran cada dos pasos los habitantes del viejo mundo. Menos mal que nosotras somos rápidas de reflejos que si no, más de una vez, nos ligábamos una lavada de pies gratis.
Los vecinos.
Tenemos al ya famoso señor no portero parado sin hacer nada de 9 a 5. La señora del local de al lado, con venta de cerámicas y cuadros, que abre sólo para regar las plantitas y sentarse en la plaza a charlar, porque después no vende nada. De éstos está plagado Vallauris.
Mis amigos musulmanes del bar de la esquina.
De 7.30 a 21 están siempre sentaditos los mismos. Nosotras creemos que nacieron con la silla pegada al culo, y compadecemos a la madre que los parió porque no entendemos cómo por el canal de parto salió una silla de plástico con un bebé adosado.
Hay uno especialmente, que toma café a las 9 en la esquina, a las 9:45 en el de la otra cuadra, a las 10:15 en la vereda siguiente y así sucesivamente hasta llegar a Golfe Juan. Doy fe porque todos los días lo veo de camino al taller.
También tenemos al borracho alegre que nadie banca. A las 8:45 del día de ayer, estaba desayunando dos bananas con una botella de whisky. La botella se le cayó y rompió en mil pedazos, y el tipo reía alegremente mientras gritaba "no estaba destinada a mi". Lo que no está destinado a vos, pensábamos nosotras, es el trasplante de hígado al que no vas a llegar por muerte prematura.
Luego tenemos a los caboverdianos.
Esos son un mundo aparte. Están parados en una esquina todo el día, y no sabemos muy bien qué hacen ahí. No hablan francés, no hablan inglés, tampoco es portugués ni castellano. El caboverdiando habla francoportunglés. Al único que algo le entendemos, o imaginamos que entendemos, es a un viejo con bastón, que habla como el tío Iosl. Oy vey, oy vey es lo que nos parece oír. Gesticula como el tío y se agarra la cara igual que él. O es nuestra imaginación…o andamos extrañando a la familia.
La tercera edad. 
Frente al café de mis amigos, hay un banco de piedra. Ése vendría a ser el centro de jubilados del pueblo. Se juntan todas las mañanas a charlar y discutir vaya a saber qué. Se ríen, gritan, se caen a pedazos, pero ahí están, firmes tout les jours. Por supuesto, jamás saludan a las extranjeras, o sea nosotras. Sólo nos miran y murmuran. Seguramente todos los días lo mismo, porque Vallauris vendría a ser como la película El día de la marmota (para quién no la vio, Bill Murray se despierta todas las mañanas y revive siempre el mismo día).
Hemos descubierto otra cosa en los viajes. La gente te habla en su idioma natal, entiendas o no. Les importa tres carajos. Así que desde hace unos días, nosotras decidimos hacer lo mismo. No nos importa en qué idioma nos hablen, nosotras respondemos je ne parle pas français, sólo español.
Total, que igual nos entendemos. Además, nos dimos cuenta, que de tanto intentar otras lenguas, comenzamos a hablarlas cada vez peor. Si nuestro inglés hasta hace unos meses era decente, hoy tiene un tono francés mezclado con alemán y bien a lo bruto argentino.Ya no nos preocupamos por pronunciar bien, si total acá hasta hablan francés como el orto!
No llores por mí Argentina, quedate tranquila que volvemos a casa! Decididamente Francia no es nuestro lugar en el mundo.




domingo, 10 de agosto de 2014

Manifiesto costumbrista

Y acá seguimos. Yo, mi otro yo, y el otro yo de mi otro yo. Trabajando como arado, de sol a sol, aún cuando los únicos arados que hemos visto no aran... Ni trabajan.
Soysola está empezando a querer cosas de nuevo. Hacía mucho que no quería nada, porque ni tiempo para eso tenía. Además se da cuenta, cosa que le preocupa bastante, que está empezando a hablar en tercera persona, como Diego Armando. Y es porque tiene el cerebro quemado, como el Diez.
Pero nosotras sí somos Dios. Hicimos 23 esculturas en 25 días. Deberíamos entrar en el Libro Guiness de los Récords...pero no, porque tres de esas 23, se rompieron, y no damos con el número solicitado, que no corresponde a un abonado en servicio. Así que hoy andamos bizcochando (para los neófitos en la materia, quiere decir la primera horneada de las esculturas) y esperemos que los 20 estemos bien y en el refugio.
No vamos a hablar de las Fête Picasso, des Paysan y de la Poterie, porque este año fueron bastante pobretonas y no hicimos mucho por el cansancio que nos acontece. Es más, hoy mientras nos teñíamos el pelo, y escuchábamos la algarabía de la gente en las calles, decidimos salir a mezclarnos entre las multitudes (llámese multitudes a unas 500 personas). Pero apenas abrimos la puerta de la calle, escuchamos : Alors, bon soir et vous voir l´année prochain!! Buenas noches y nos vemos el año que viene!! O algo así, porque pasan los días y seguimos como cuando vinimos de España, sin entender nada. Así estamos, un poco desfasadas de horario y de sentido de la oportunidad. Sólo nos falta ir a la playa cuando llueve, y cantamos bingo.
Lo único decente de contar, es habernos encontrado cara a cara, como ya dije en otro lado, con el yo de nuestros otros yos, y resultarnos absolutamente insoportable. Se pide a la población amiga, enemiga y conocida circunstancialmente, que ante la sola sospecha de la presencia de la susodicha, tengan a bien, darle con un garrote en la cabeza.
Siendo las 2 a.m y en medio del silencio que gracias a Buda, reina en el pueblo, tras una noche de serenata bajo la ventana, de los choborras del pueblo, podemos proceder a los pedidos, antes de irnos a dormir.
Queremos irnos ya a los campos de lavandas y que no haya ni una avispa. Queremos que las avispas que abundan en esta zona, no se la agarren con nosotras porque somos alérgicas a las picaduras.
Queremos dejar de soñar con nuestros ex´s, porque después nos despertamos teniéndoles compasión y cariño, cuando en realidad todavía los seguimos odiando.
Queremos que Francia deje de hacer la patisserie que hace, porque si no, volveremos rodando y con millones de kilos extra. También queremos que algunos habitantes dejen de oler a chivo, siendo que viven en el país de los perfumes y el vino rosé. Si no te vas a perfumar, por lo menos olé a vino.
Queremos paz y amor, y esculturas sin rajaduras.
Queremos volver caminando para atrás, el camino recorrido, y volverlo a andar por la misma senda.
Queremos que no nos aparezca ningún otro yo, porque con los que ya tenemos no damos abasto.
Queremos tener un metro cuadrado de terreno frente al Mediterráneo, para poner una silla y sentarnos todo el día a mirarlo.
Queremos volver siendo otras, y si así no lo hiciésemos que Dios y la Patria nos lo demanden.