jueves, 31 de agosto de 2017

Cómo te extraño Punta, como te extraño, hic

Tras un muy buen viaje desde San Sebastián y un muy mal arribo, en el medio de la nada misma y con lluvia, llegamos a Biarritz. 
Ni un mísero taxi a la vista así que nos dirigimos a pie en medio de la torrencial llovizna, hasta el hotel. 
Llegamos puteando no tan bajito, largamos las valijas en la habitación y salimos a recorrer lo que el tiempo nos permitiera.
Como el clima decidió que no nos permitiría mucho, enfilamos a la pizzería de enfrente.
El mito popular dice que Biarritz es la ciudad de los millonarios...Bueno, algún día había que derribar el mito. No vimos ni uno. Más bien nos pareció Mar del Plata a principios del siglo XX. Todo igual al Hermitage original. Sí, muy lindo, sólo faltaban los señores con sombrero de copa, las señoras con miriñaque y Mirtha Legrand.
Entre la sudestada, o biarritzada (no sabemos cómo se llaman acá las tormentas), empezamos a sentirnos expulsadas del balneario.
Nos quedaban tres noches aún...S.O.S! 
Pero, como dice el refrán, al mal tiempo buena cara, decidimos que los días que nos quedaran, íbamos a pasarlos lo mejor posible. Otro refrán al tacho...
Salimos a pasear para intentar ver los lugares turísticos y enfilamos para la Roche de la Vierge y el puerto de pescadores. Contentas de no bajar el ritmo  maratónico que teníamos con Euge, nos dijimos, hasta no llegar a la roca de la virgen no paramos....a los diez minutos de haber arrancado, ya estábamos  convirtiéndonos al catolicismo paradas frente a la bendita vierge que se nos cagaba de risa.
Amigos, cuando lean un mapa europeo, no le den bola. Acá los kilómetros son más cortos. O son de Clarín, que ya sabemos, miente.
En Biarritz todo queda acá a la vuelta, menos el chemin saludable. Una bicisenda sólo para maratonista. Ocho de la matina y todos corren. Jóvenes y viejos. ¿A dónde quieren llegar me pregunto? Estás de vacaciones hermano! ¿Qué necesidad de sacar los bofes? Allá ellos...nosotras seguimos caminando que es más sano dice Cormillot.
Tras haber recorrido toda la ciudad en menos de una hora, nos queríamos suicidar cual Alfonsina Storni, pero a pesar de la lluvia, el mar había entrado en la famosa calma chicha.
Por suerte no todo era malo. Al ser fin de temporada, el 90% de los negocios estaban cerrado y el restante 10 tenía pura mierda, por lo tanto, ahorramos plata no comprando nada.
En fin, nuestros tres días de tormenta, se repartieron entre tomar café y jugar al Candy Crush en la habitación.
Conclusión, siempre, pero siempre, consulten a los que saben antes de hacerse su propio itinerario. Hoy a Toulouse.
Bilbao-San Sebastián = 1  Biarritz = 0



lunes, 28 de agosto de 2017

Eskerrik Asko o muchas gracias Euskadi

Salimos de Madrid, la niña y nosotras, después de haberla recorrido de arriba abajo, con todos los Zara's incluidos, en tren a Bilbao.
Habíamos sacado en primera clase, dado que eran tantas horas con el culo apoyado, los pies hinchados y un calor inhumano, además que queríamos mostrarle a la nena lo bien que se viajaba en los trenes españoles.
Apenas subidas al vagón, notamos que el aire acondicionado estaba un poco bajo. Nos sentamos suponiendo que al arrancar lo pondrían más alto...más no...el aire no funcionaba. El termómetro de la cabina marcaba 42º, y teníamos de compañeros a dos parejas de ancianos y un muchacho obeso.
Muertas de calor comenzamos a reclamarle al jefe del Alvia. Un tanto fastidiado al ver lo que se le venía, se atajó diciendo :" vale, vale, qué joder, que en algún momento se arreglará esto!" 
Bueno, " esto", se arregló más o menos a las tres horas de viaje. Estábamos nosotras solas en el vagón porque habían pasado a otros coches, y cito literalmente: "a los enfermos, a los ancianos, a los niños, a las embarazadas y por último a los normalitos". Nosotras, evidentemente no entrábamos ni siquiera en la categoría normalitos. Así y todo viajamos bastante cómodas. Al fin que arrancó el bendito aparato, volvieron los expatriados. Una sola pareja de ancianos y el muchacho excedido en kilos, al que llamaremos JG.
En este viaje, al estar con una pendex hermosa como es nuestra sobrina, todo el mundo nos hablaba. Y esta no fue la excepción.
JG: ¿Sois argentinas?
SyS (Soysola y sobrina): sí.
JG: ¿de Buenos Aires? (asentimos). Yo soy amigo de Andrés Calamaro. Cuando estuvimos en Buenos Aires tocando con El Cigala, en ese teatro hermoso ¿cómo se llama?...
SyS: ¿El Gran Rex?
JG: Sí, sí, ese. Pue bueno, como os decía, soy road manager, compositor, actor y gitano! Cuando estuvimos allí, conocí a Fito Páez, Diego Torres, que es así de pequeño (mientras bajaba su mano a la altura de sus pectorales), y como os decía, a Andrés Calamaro. ¿Conocéis a los Monty Python?
Por supuesto contestamos nosotras las Soysola, porque sobrina no tenía idea.
JG: bueno, ahora vengo de hacer una película con uno de ellos (y pela foto del celular)
Demás está decir dos cosas. Mientras él nos contaba todos esto, nosotras y sobrina, lo googleábamos y estalkeábamos por Facebook, amén de no haber reconocido al Monty Python de la fotografía, el pibe no aparecía ni por las tapas en ningún lado. Eso sí, JG estaba disfrazado de pirata en la foto.
Fue en ese instante que JG pasó a llamarse, el Gordo Jartero (* jartero: mentiroso en turco), invirtiendo sus iniciales.
Llegamos a Bilbao saludando a GJ prometiéndole comprar su disco apenas saliera.
Bilbao. Bilbao estaba de fiesta esa semana, por ende nadie laburaba, o eso sospechábamos porque a dónde fuésemos estaban todos chupando cerveza y vino, cantando y bailando en las calles. 
Maravilloso Bilbao y su Guggenheim. Hermosa ciudad y cálidos anfitriones los vascos. Caminamos cuatro días y comimos pintxos a reventar.
De allí partimos a San Sebastián en bondi, y llegamos sic, a la playa de la concha. Hermosa concha. Si en Bilbao habíamos comido rico, aquí nos pondríamos una cama en cualquier calle y nos quedaríamos a vivir. Ciento veinte restaurantes de tapas y pintxos en una ciudad de 186.064 habitantes. O sea, 1550 personas por restaurante más un Zara cada tres cuadras. O sea, la gloria misma.
Amamos Vascolandia , Vascolet y sus vasquitos. Amamos todo el País Vasco del lado de acá de los Pirineos. Aquí nos despedimos de la mejor compañera de viaje que hemos tenido. Nuestra hermosísima, buena, divertida y ocurrente Eugenie. Nuestra amada chinita. Te vamos a extrañar!
Para la próxima dejamos la llegada a les pays basques o Biarritz.
Agur y eskerrik asko!!



domingo, 20 de agosto de 2017

Pulmotor a la derecha,por favor

Daniel, ¿va a llover?
No, nena, hay un sol que raja la tierra, no va a llover (léase con tono de fastidio).
Así que tras el mantra anual, o rito satánico, como prefieran llamarlo, bajamos en Ezeiza, decididas a tomar el vuelo a Madrid.
Gracias a la tarjeta platinum accedimos al VIP lounge. Diez minutos antes que llamaran a embarcar, decidimos pasar por el toilette, ya que suponíamos que el pastillaje no nos permitiría levanta el culo del siento por un largo rato.
¿Alguien conoce esos inodoros que bajan el agua automáticamente y salpican? Bueno, no los usen cuando tengan 40 mg de Rivotril en sangre. Dicho esto, sobra explicar que viajamos 12 horas con la bombacha y el pantalón mojados. 
A la ruta Buenos Aires-Madrid le andaría faltando un poco de arreglo. Pero como es aérea no sabemos muy bien a quién le correspondería arreglarla.
Arriba en el aire, joya. Se movió las doce horas de vuelo, pero otro año más, comprobamos la eficacia de los laboratorios argentinos. Esta vez no tuvimos marido temporario en el vuelo, pero sí nos asqueamos con el vecino de atrás, al que bautizamos el berpeador, cuando al despertarse para el desayuno, se mandó tres erutos al hilo sin respirar.
Abajo, en las calles de Madrid, el infierno mismo. Treinta y siete grados a la sombra, y nosotras como cuando llegamos de América...en jean, medias y zapatos cerrados.
Feliz encuentro con nuestra sobrina y compañera de habitación por los siguientes  diez días y arrancamos.
Día uno caminamos he hicimos tour gastronómico anche de compras. Día dos, ídem, más un cacho de cultura, como para que la madre no diga que la embrutecemos.
La niña en cuestión, conózcase como "amada sobrina", cree que nosotras tenemos algo así como su edad, 25 años, y nos hace patear Madrid de punta a punta. Por ende llevamos caminados en dos días lo que no caminamos en 51 años. A este ritmo, el año que viene, en vez de venir a Europa en avión, podríamos tranquilamente hacerlo a pie, atravesando el océano Atlántico, como Jesús en el agua.
Algo bueno va a resultar de esto, por ejemplo, al momento, descubrimos que tenemos gemelos en las piernas...bah, descubrimos que tenemos piernas.
Eso sí, nos sentimos al borde del infarto, y cuando se lo hacemos notar a la amada sobrina, se nos caga de risa en la cara. Sospechamos que nos quiere heredar prontamente. Eso nos pasa por hacer mucho chiste con nuestro deceso.
Mañana, antes de partir a Bilbao, calculamos que al estilo Pepinucho Coliflor, la niña nos hará caminar hasta encontrar los mejores churros de toda España y nosotras, en devolución de favores, le haremos conocer el Guernica.
Estamos empezando a sospechar que siempre va a ser ella la que salga beneficiada...
Hasta la próxima y olé!


jueves, 3 de agosto de 2017

¿Es tres?

-¿Sabés? Ultimamente cuando me pongo nerviosa, me duele el pecho y el brazo, fue el comentario que le hice hoy a mi médico clínico. 
-¿A ver? me dijo. Vení que te hago un electro.
-Bueno, ¿viste todo esto que te duele? Es estrés. Yo te diría que te vayas de viaje, y te relajes un poco que es lo que te está haciendo falta.
-Haceme la receta, le digo, que voy a la agencia de viajes a ver si me hacen el 40% de descuento.
Así que por prescripción médica, se viene un nuevo Soysola por el mundo.
Pasaje en mano, remise reservado y valijas listas para los tres trapos que vamos a llevar.
En quince días estaremos rezándole a San Iberia de todos los Aires, para tener un vuelo seguro. Amén   (nunca mejor dicho) de las oraciones a San Rivotril y Santa Quetiapina.
Ya vendrán la bitácora de viaje y las quejas por los taxistas del viejo continente.
Pero antes de partir, vamos a despuntar el vicio queriendo.
Quiero un pent house en New York, para sentarme a mirar cómo es la vida en el cielo.
Quiero las bolas de cristal, para predecir tu pasado. 
Quiero recuperar los años de amores perdidos, y perder los años de amores no encontrados.
Quiero una góndola en Venecia y un gondolieri milanés, antes que un salmón rosado en el supermercado chino.
Quiero hacerle pito catalán a un catalán de Cataluña y bailar la jota aragonesa en un tablao flamenco.
Quiero el savoire -faire de los franceses, pero con acento cordobés.
Quiero una torta galesa,  un buen whisky irlandés, para sentarme a disfrutarlos en la campiña inglesa.
Quiero la distancia que hay entre tu sombra y la mía, a la lejanía de tu corazón partido.
Quiero la confianza del que desconfía, a la ceguera del romanticismo baboso y sin sentido.
Quiero la salvedad del no saber para qué existo, mientras veo navegar a los otros, en un barquito de papel.
Quiero la remodelación completa de mi vida, con chapa y pintura incluidas.
Por último, quiero encontrar a Shorsh a la vuelta de la esquina, hacerme la interesante y pedirle un Nescafé cortado descafeinado, mitad y mitad, ni tanta leche ni poco café, con Splenda s´il vous plait.