martes, 12 de enero de 2016

El 50 por ciento.

 Contra todos nuestros pronósticos,yo y mis otros yos llegamos a los 50. ¿Cuándo vinieron? Ni idea. Nosotras estábamos perdidas entre tanta pastilla, nos dimos vuelta y ahí estaban.
Los agarramos para no dejarlos tirados porque para algo nos van a servir. Nosotras te juntamos zapatos, carteras, camperas y años. Si se es compulsiva, se lo es en todo.
Por las dudas, para que no se pierdan, ya nos los pusimos encima. Uno por uno los cincuenta.
El tema es que no supimos distribuirlos correctamente, y ahí andan, haciendo estragos en nuestro cuerpo. Las curvas se convirtieron en rectas, los párpados en dos black out, los brazos en alas sin plumas y los pelos nos crecen en donde no deberían. Pero ahí vamos. Con la cabeza erguida y las tetas por el piso.
La madurez nos pegó raro. Por fuera somos eso que describimos, y por dentro unas pelotudas de 16. Sí, 50 dividido 3 (yo, mi otro yo, y el yo de mi otro yo) da 16,6666 para ser exactas. Tres boludas a falta de una.
Si hay algo que te traen los años, es ceguera. No importa lo que diga el calendario, ni el reflejo del espejo, en el fondo seguís viéndote como una adolescente... con 50 años. O sea, una vieja patética. Es triste, ya sé...Pero mirale el lado bueno...No hay Arjona cantándole a la menopausia. No creo que se atreva a tanto.
Por ahora no le estamos encontrando tanto beneficio a esto de haber llegado a la mitad de la vida. No nos replanteamos nada, porque de hacerlo, deberíamos admitir que nos hemos mandado cien cagadas por año y no es cuestión de venir ahora a asumir culpas. No lo hicimos nunca, ¿para qué ahora que estamos más cerca del arpa que del violín, no?
Pero a festejar se ha dicho, y a celebrar que todavía las neuronas nos funcionan. Sólo se cumple medio siglo una vez en la vida!
Hoy, a la hora de soplar las velitas, mis deseos serán, a saber: el espejo de la madrastra de Blancanieves, el cuerpo que tenía a los 30, y un novio que no supere el centenar de años.
Happy birthday to me!

viernes, 1 de enero de 2016

Las doce han dado y espero

Llegó! Después de convocarlo mediante sesiones espiritistas, el 2016 está acá!
Doce meses de mierda, salpicados con algunos días de felicidad, dieron la resultante de, por primera vez en nuestras vidas, esperar un nuevo año con ansias.
Todo llega, dicen, y a nosotras nos tocó a la vera del medio siglo. Tarde pero seguro. A las 00.00 del 1 de enero, NO lloramos.¡Milagro del niño Jesús! O de Moisés... o del vino rosé ...No sé, no importa, sea quién sea el que produjo el milagro, logró lo que ni el Foxetín en años.
Madre, hermana, sobrinas y amiga, cuál reunión de ninfas, amazonas o brujas, levantamos la copa y brindamos por un 2016 sin pálidas.
Noche de paz, noche de amor, pan dulce, champagne , tres cañitas voladoras del orto, y eso fue todo el festejo en el Barrio de Belgrano. Si hay crisis que no se note.
Como estábamos luchando con el corcho de la botella a la hora señalada, nos olvidamos de pedir los famosos deseos, cosa que pasaremos a hacer a continuación.
Doce son los meses del año, doce las campanadas de medianoche, doce serán nuestros pedidos.
1) Quiero que el puto HD de Cablevisión no me pixele los canales y pu.da v.r y es.u.char un pro.r..ma ent.ro sn cor.es.
2) Quiero que Ladristar me deje recibir llamadas sin que entren directamente al contestador. No vaya a ser que llame Shorsh y se encuentre con el número solicitado no corresponde a un abonado en servicio.
3) Quiero una varita mágica que me adelgace 20 kilos en 11 días. U 11 kilos en 20 días...O 20 kilos en 11 años...o 20 gramos cada 11 siglos...
4) Quiero que mi cuerpo aprenda la Ley de Gravedad que dice que todo lo que sube baja. En el año 82, supimos rendir bien Física de 4to año, pero nuestro organismo insiste en refutar a Newton, haciendo que todo lo que sube, siga subiendo.
5) Quiero ser la bailarina de Degás, el grito de Munch y la bruja Cachavacha.
6) Quiero que el forro que me hackeó la computadora, reciba la maldición lanzada:  quien se mete en mi sistema, será contaminado por el virus del herpes genital.
7) Quiero ser antes que pertenecer. Si bien pertenecer tiene sus beneficios, prefiero pagar cash, y seguir siendo del exclusivo club de Hago Lo Que Se Me Canta.
8) Quiero un sobre con brillantina, desparramarlo por el camino de ladrillos amarillos y amanecer en Oz.
9) Quiero un ramo de petunias, el tridente de Poseidón, y una cadena con eslabones de aire que me ate a tu cintura.
10) Quiero un pasaje a la estratosfera, en primera clase, y dar la vuelta a la Vía Láctea sólo para encontrarte.
11) Quiero un globo rojo, un acordeón con boina, un disfraz de indiecita, y las ramas del caucho de Plaza Francia.
12) Quiero doce deseos más, doce apóstoles, doce signos de Capricornio, doce de enero, y doce docenas de vidas para visitar los doce continentes que viven en mis únicas doce neuronas.