lunes, 13 de junio de 2016

Soysola reloaded

Luego de un viernes en donde nos comportamos nuevamente como viejas locas, puteando al vecino de al lado por su segundo cumpleaños del mes, decidimos perder toda compostura y responderle (sic) : nos chupa un huevo la ley, la próxima te hacemos una enema de cd´s ".
Con total honestidad, debemos decir, que el muchacho en cuestión no se amedrentó en lo más mínimo, o sí, no lo sabemos, porque tras la feliz frase, dimos un portazo y nos clavamos un Rivotril.
Esta vez, no salimos a la puerta con el camisón de Betty Boop y medias, sino con uno tipo enagua con puntillas, con lo cuál suponemos que el que tuvo que empastarse para borrar esa imagen de su cabeza, fue el muchacho en cuestión.
El resto del fin de semana, transcurrió en la más absoluta serenidad. Sospechamos que ahora tiene miedo de salir del departamento, no sea cosa que se vuelva a cruzar con nosotras en alguno de nuestros otros camisones en decadencia. 
Dicho esto, llegamos a tres conclusiones. Una, deberíamos ser un poco más tolerantes y recordar nuestra adolescencia antes de putear a un púber. Dos, los cincuenta nos pegaron duro y parejo, despojándonos de toda hormona de la empatía y simpatía. Tres, definitivamente debemos comprarnos camisones un poco más sensuales.
Lo de los camisones bien podríamos tomarlo como una inversión si es que aún pretendemos que Shorsh pose sus ojos sobre nosotras...bah...Shorsh o cualquiera a estas alturas.
Hemos decidido por otra parte, en un acto de total madurez, que dejaremos que los demás elijan por nosotras al candidato, postulante, aspirante u/o solicitante, al puesto vacante de "novio para Soysola", ya que nosotras donde ponemos el ojo, nos volvemos ciegas. Somos las lamentables poseedoras del talento de la equivocación sin retorno.
Por lo tanto, es hora de pedir.
Quiero un homo sapiens, un homo erectus, o sencillamente un homo.
Quiero una película romántica que no termine con un "te lo dije".
Quiero un globo aerostático que sobrevuele la imaginación, a una bombita de carnaval pinchada.
Quiero la grasa de un salame de milán, a un milanés grasa y salame.
Quiero un amante de Paganini, a uno que me deje de garpe.
Quiero un tesoro perdido, una paraíso encontrado, y un eterno deseo de seguir queriendo.
Quiero el pasado pisado, el presente feliz y el futuro digno de admiración y no de lástima. 
Quiero las mañanitas que cantaba el Rey David, pero no quiero ser un santa y que me las canten a mí.