Martín, ¿va a llover? Esta vez Daniel no estaba ahí para putearnos, y nosotras aterradas porque la cábala ya nos estaba fallando.
Agarradas al rezo del viajero como salvavidas, enfilamos para Ezeiza.
Llegamos 5 horas antes, como de costumbre, para poder aclimatarnos a la idea de volar.
Check in hecho, enfilamos para el VIP lounge de AA.
Hasta el momento sólo habíamos ingerido un rivotril de 0,5 mg, y así como veníamos de tranquilas, nos animamos a especular con que en este viaje, no necesitaríamos más que eso. Bien! Vamos Pablo todavía, qué buen laburo que hiciste con nosotras!!
Sabido es que no hay que cantar victoria antes de tiempo…
Tras el pensamiento súper positivo, nos llega a la app de AA, una notificación de alerta.
Y leemos a continuación lo que textualmente recibimos en letras rojas amenazantes: “Sres pasajeros, se ha emitido un alerta de tormentas severas que pueden perjudicar tanto al avión como a los horarios del vuelo. Dichas tormentas pueden impactar de manera perjudicial al avión, por lo cuál sugerimos, si es su decisión, cambiar su pasaje sin costo para otro día “.
¡¡La reconchaputamadrequeteremilparióteodiomundo!!
Va segundo rivotril, descompostura mediante, bajada o subida de presión (no podemos decirlo con seguridad), y llamada a Pablo.
Soysola: Pablo estoy en pleno ataque de pánico, cuánto es la dosis máxima que me autorizás a tomar? Mirá lo que me llegó (mando captura de pantalla)
Pablo: Nooo, no te puedo creer! La puta madre! Justo a vos!
Pero tranquila, ningún piloto arriesga su vida. Pero si vos sentís que no podés subir, cambiá el pasaje para mañana. Igual, tranquila que seguro sobre vendieron el vuelo y necesitan cagonas como vos que devuelvan el pasaje.
Si hasta ahí veníamos muy nerviosas, después de esta frase de nuestro psiquiatra, entramos en un pánico mayor nunca antes vivido.
Nos: no, acabamos de mirar el Weather Channel (no recomendable hacer) y muestra tormentas desde Venezuela hasta NY.
P: bueno, quédate tranquila.
Nos: ¿qué significa tranquila? No reconocemos esa palabra…¿es en swahili?
P: relajá, te permito tomar hasta 2 mg de rivotril, pero no más de eso.
Nos: por favor, autorizanos más porque no llegamos a los 57.
P: no, 2 es el límite y tratá de que sea menos.
Nos: ok, el infarto quedará bajo tu responsabilidad.-
Dicho esto volvimos a sacar el rezo del viajero para recitarlo setecientas veces más, nos encomendamos a nuestro padre, Enrique, que nos proteja, o nos reciba, y simultáneamente íbamos metiéndonos un sublingual tras otro, como haría una adicta a los M&M.
“American Airlines anuncia la salida de su vuelo 954 con destino a NY, embarcando por la puerta 13”
¿Puerta 13? ¿Alerta? Esto no puede ser bueno!
Aún así, allí fuimos. No sabemos si de inconscientes, valientes o drogadas.
Al acercarnos a la puerta del avión nuestro pensamiento positivo del día fue: ¿qué es lo peor que nos puede pasar? ¿Morirnos? Ok, entonces allá vamos.
Nos sentamos. Tapones de oídos, placa antibruxismo y quincuagésimo octavo rivotril, cuando por al lado nuestro pasan cuatro judíos ortodoxos. Perfecto! Con tanto rezo el avión solo puede ir para arriba, dictaminamos.
En algún momento del despegue nos quedamos dormidas.
El avión jamás se movió durante las 10 horas que duró el vuelo.
¡¡Juicio y castigo al genocida que emitió el alerta roja!!
No sólo demandaremos a American Airlines por el monto de una caja de Rivotril, lo haremos además por un millón de dólares, por pelotudos.
Bienvenida a NY Soysola.
Soysola= 1000 American=-400
Agarradas al rezo del viajero como salvavidas, enfilamos para Ezeiza.
Llegamos 5 horas antes, como de costumbre, para poder aclimatarnos a la idea de volar.
Check in hecho, enfilamos para el VIP lounge de AA.
Hasta el momento sólo habíamos ingerido un rivotril de 0,5 mg, y así como veníamos de tranquilas, nos animamos a especular con que en este viaje, no necesitaríamos más que eso. Bien! Vamos Pablo todavía, qué buen laburo que hiciste con nosotras!!
Sabido es que no hay que cantar victoria antes de tiempo…
Tras el pensamiento súper positivo, nos llega a la app de AA, una notificación de alerta.
Y leemos a continuación lo que textualmente recibimos en letras rojas amenazantes: “Sres pasajeros, se ha emitido un alerta de tormentas severas que pueden perjudicar tanto al avión como a los horarios del vuelo. Dichas tormentas pueden impactar de manera perjudicial al avión, por lo cuál sugerimos, si es su decisión, cambiar su pasaje sin costo para otro día “.
¡¡La reconchaputamadrequeteremilparióteodiomundo!!
Va segundo rivotril, descompostura mediante, bajada o subida de presión (no podemos decirlo con seguridad), y llamada a Pablo.
Soysola: Pablo estoy en pleno ataque de pánico, cuánto es la dosis máxima que me autorizás a tomar? Mirá lo que me llegó (mando captura de pantalla)
Pablo: Nooo, no te puedo creer! La puta madre! Justo a vos!
Pero tranquila, ningún piloto arriesga su vida. Pero si vos sentís que no podés subir, cambiá el pasaje para mañana. Igual, tranquila que seguro sobre vendieron el vuelo y necesitan cagonas como vos que devuelvan el pasaje.
Si hasta ahí veníamos muy nerviosas, después de esta frase de nuestro psiquiatra, entramos en un pánico mayor nunca antes vivido.
Nos: no, acabamos de mirar el Weather Channel (no recomendable hacer) y muestra tormentas desde Venezuela hasta NY.
P: bueno, quédate tranquila.
Nos: ¿qué significa tranquila? No reconocemos esa palabra…¿es en swahili?
P: relajá, te permito tomar hasta 2 mg de rivotril, pero no más de eso.
Nos: por favor, autorizanos más porque no llegamos a los 57.
P: no, 2 es el límite y tratá de que sea menos.
Nos: ok, el infarto quedará bajo tu responsabilidad.-
Dicho esto volvimos a sacar el rezo del viajero para recitarlo setecientas veces más, nos encomendamos a nuestro padre, Enrique, que nos proteja, o nos reciba, y simultáneamente íbamos metiéndonos un sublingual tras otro, como haría una adicta a los M&M.
“American Airlines anuncia la salida de su vuelo 954 con destino a NY, embarcando por la puerta 13”
¿Puerta 13? ¿Alerta? Esto no puede ser bueno!
Aún así, allí fuimos. No sabemos si de inconscientes, valientes o drogadas.
Al acercarnos a la puerta del avión nuestro pensamiento positivo del día fue: ¿qué es lo peor que nos puede pasar? ¿Morirnos? Ok, entonces allá vamos.
Nos sentamos. Tapones de oídos, placa antibruxismo y quincuagésimo octavo rivotril, cuando por al lado nuestro pasan cuatro judíos ortodoxos. Perfecto! Con tanto rezo el avión solo puede ir para arriba, dictaminamos.
En algún momento del despegue nos quedamos dormidas.
El avión jamás se movió durante las 10 horas que duró el vuelo.
¡¡Juicio y castigo al genocida que emitió el alerta roja!!
No sólo demandaremos a American Airlines por el monto de una caja de Rivotril, lo haremos además por un millón de dólares, por pelotudos.
Bienvenida a NY Soysola.
Soysola= 1000 American=-400
Elizabeth Dychter
AIC-IAC Member
www.elizabethdychter.com.ar