Gente como esta bella mujer, no existe señores. Son hologramas creados por la mente maquiavélica de Hollywood para vender entradas.
Analicemos la foto detenidamente. Tenemos como primera evidencia que lo que digo es cierto, unos dientes perfectos, una sonrisa inmaculada,unas tetas turgentes,una cintura, que como ya hemos dicho anteriormente, éstas NO existen, y un culo parado con una tanga metida en la raya. Ése culo es una mera ilusión óptica. Ninguna mujer en este planeta tiene ése tujes, a menos que sea Flavio Mendoza.
El encanto de las mujeres de hoy, pasa por la edad. La edad adulta. La edad mayor. Las mayores de 45...o sea, las de 47, como yo.
Esas somos perfectamente imperfectas. No tenemos cintura porque o se nos fue cuando parimos los tres o cuatro pibes, o simplemente cuando entramos en menopausia. Eso demuestra que somos mujeres con valores importantes, como la familia y la medicina.
Alguna que otra cana anda pululando por la cabeza, porque son tantas que no todas son posibles de tapar. Los kilitos de más tienen su encanto. Por ejemplo,vos, hombre necio que te gustan las pendejas, en invierno te acercás y te dan calor humano. Incrustás tus dedos en su panza, a modo de caricia y en vez de encontrarte inmediatamente con los intestinos y los huesos, te regodeás remolonenado un rato como en un colchón Piero, donde todo rebota, gracias a los resortes, o en este caso la grasa.
Los pechos rebosan sabiduría. Cuánto más caídos, es porque más han vivido. Tienen experiencia. Saben cómo sortear los inconvenientes de la vida que termina en el ombligo. Ojito que no es fácil que un par que todavía estén ahí arriba por la garganta, tengan la valentía de mirarse al espejo y decirse: es lo que hay viejo!
Otra ventaja de las mujeres mayores, es que siempre andan a mano con un abanico o cualquier cosa que tire un poquito de viento. Calor no vas a pasar. Eso seguro.
Bueno, como verán, es mucho mejor buscarse una mujer real, que una de película. La de película es muy factible que tampoco te de bola, y las que vendríamos a ser casi de descarte, tenemos mucho que ofrecer.
Es como George Clooney y yo...sigo esperando al día que se canse de esa rubia insípida, alta, con cuerpo escultural, con una bella cara de amargada, y me encuentre a mi, con mis extra pounds, mi metro cincuenta y ocho, las tetas por el piso, pero con unas ganas de mostrarle toda mi experiencia adquirida en estos últimos cuarenta y siete años.
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