miércoles, 24 de diciembre de 2014

Jo Jo Jo Jodete

Llegó el 24 de diciembre y nació Papá Noel. ¿O no era así el cuento?
Bueno, no importa. Lo importante es que nosotras armamos la valija, bolso y bolsito, para llevar a nuestra madre a pasar unos días ajuera de la ciudá. Por ahí, en el campo y más allá la inundación.
No tenemos idea lo que metimos en la maleta, sólo sabemos que seguramente llevamos ropa al pedo y nos olvidamos cosas importantes, como por ejemplo, la maquinita de afeitar para las piernas.
A medida que pasan los años y vamos haciéndonos mayorcitas hay que hacer una lista de los enseres para las vacaciones. O, en su defecto, preparar la valija tres semanas antes como lo hace nuestra queridísima señora madre.
Veamos. Repasemos.
1) Mallas y algo para cubrirte las cachas. Checked.
2) Libros. Checked
3) Protector solar factor alto. Esto es así. A medida que cumplís años, el protector va escalando posiciones hasta llegar a la pantalla total. Por ejemplo, voy a cumplir 49, me toca ya el 50. Entonces, Sapolán Ferrini factor 50, Checked.
4) La trilogía mágica: Alplax, Foxetin y Rivotril. Checked.
5) Bombachas, corpiños y camisón largo. Checked.
6) Knishes, empanadas, duraznos, servilletas y agua mineral para la primera noche de hotel. Checked y morfado.
7) Mi mamá. Checked.
Y ahí marchamos a estas mini vacaciones dedicadas a la madre que me parió, para que respire algo más que smog.
Hotelito bien afuera de la city porteña, donde te reciben con un "bon jour" y vos te sentís de nuevo en Francia, pero con la leve diferencia que los turistas son todos argentinos de cuarta. Incluídas nosotras.
Por supuesto, una vez arribadas nos damos cuenta que nos olvidamos el cepillo de dientes y la placa antibruxismo, con lo cuál, la lista de arriba fue al pedo. ¿Quién podrá defendernos ahora que el Chapulín se murió? 
Estando en el medio de la nada misma, nos queda lavarnos los dientes con alguna oruga que encontremos por ahí, o un junco de los que abundan cerca del río, y rezar que nuestra histeria no se manifieste de noche así no nos fracturamos los dientes e implantes.
Ya que a nosotras nos gusta pedir, le podemos pedir a Papá Noel que nos traiga un Gum chiquito en lo posible fucsia, o se haga una corrida con el trineo hasta mi casa. Total, ¿qué son para él 62 kilómetros? Los renos te son rápidos cuál gacelas en el aire, mi tujes no, y en plena fiesta andá a conseguir un remise.
Menos mal que no tenía que traer el papel higiénico que si no, ya me veía escurriéndome de noche al lago a lavarme el upite.
Entonces acá estamos, mi mamma y yo, en el pesebre, festejando que nació Jesús.
Eso sí, doña Rujele te tiene una especie de compulsión por el zapping. Desde que llegamos ya vimos 74 de los 75 canales que hay, para terminar mirando a unos sopranos hombres, o como se llamen, cantando música sacra por la TV.
Más tarde nos asomaremos a ver los fuegos artificiales porque esta es la manera en que dos judías veneran al Nigno Dios.
Hecho el relato del primer día de nuestras vacaciones, sólo nos resta desearles a todos que tengan una hermosa Nochebuena y una Feliz Navidad, ho ho ho ho!!





miércoles, 3 de diciembre de 2014

Money, money

Hola, ¿qué tal? Vi luz y subí.
Me acordé que se estaba terminando el año y decidí pasar a saludar antes que sea tarde.
Ya sé que se me demoré un poco, pero por lo menos la memoria pasada no la perdí. La reciente, hace mucho.
Quiero saber a dónde se fue el año, y que alguien me lo traiga de nuevo. No tolero la idea de haber desperdiciado doce meses de mi vida, sin acordarme qué hice.
Quiero el pan de cada día, light, de salvado y sin sal, por mi hipertensión.
Quiero el submarino amarillo, que no me acuerdo si alguna otra vez lo pedí, para sumergirme en las aguas bautismales del Mar Rojo, y teñir mi alma de azul.
Quiero portar el estandarte del mal gusto, para andar siempre desvestida sin que me importe un pepino.
Quiero diez centímetros más de altura y quince kilos menos escritos con q de queso.
Quiero el atardecer en el Este y la salida por el Oeste. Ituzaingo, Morón, Hurlingham, etc.
Quiero pensar que no pienso y que mis no pensamientos me lleven a la tierra del olvido. A la de la memoria ya fui, me dolió y por eso la olvidé.
Quiero El Beso de Klimt para envidiar a esa bella mujer vestida de amarillo como el submarino.
Quiero andar de costado como los cangrejos, y cantarle cangrejito, cangrejito,cangrejito de coral, cangrejito patas chuecas que no sabe caminar, como me cantaba no sé quién cuando era chiquita.
Quiero publicar en el diario que estoy loca, que vengan los especialistas del mundo entero a investigarme y desmentirlo.
Quiero ser el Dalai Lama. No sé para qué. Seguramente no para ser perseguida. Perseguida ya estoy, pero por mí misma.
Quiero la piel de durazno, sin carozo, orgánico no transgénico, y plantarme en el umbral de mi casa para dar peras.
Quiero salud, dinero y amor. O amor, salud y dinero. O dinero, amor y salud. O salud, amor y dinero. Mejor quiero dinero, que con eso pago el amor y la salud. Lo demás vendrá solo. La paz mundial no la puedo comprar.
Quiero un tintero lleno de palabras que se escriban al revés y se lean con derecho a ser interpretadas.
Quiero un poder no escrito, tácito o implícito, da lo mismo para el caso, que me dé permiso para decir una cantidad de estupideces con sentido, sin que nadie vete mi derecho a ser inteligente.
Y quiero lo mismo pero al revés.
Quiero tres gatos, dos asnos, un burro y cuatro buitres, y tener mi propio programa de televisión.
Quiero patentar la honestidad. Parece que el que tenía anteriormente los derechos los perdió.
Quiero las altas cumbres borrascosas, y caminar por ellas con paraguas en mano.
Y por último, quiero tener la melena de José Luis Rodríguez, o el pelo corto de Ma.Martha Serra Lima y cantar "voy a perder la cabeza por tu amor".